“Conocer las escuelas de Reggio ha sido un reto que ya llevaba rondando en nuestras cabezas hace mucho tiempo. La necesidad de conocer in situ, en el lugar de origen, cómo se contemplan todas las formas de expresión de la infancia, era una ilusión que durante tiempo nos planteamos primero en el equipo de la escuela, después entre otros grupos de personas que gestionamos escuelas infantiles y, finalmente, como parte del proyecto que nos ocupa desde hace cinco años. Por esta razón, este viaje ya había comenzado en mi imaginario hace mucho tiempo y verlo hacerse realidad ha sido un reto personal y profesional conseguido con gran estima por mi parte.
Este viaje y formación ya lo llevamos viviendo desde el periodo de solicitud de la actividad en el mes de diciembre, con la incertidumbre y la esperanza de si la actividad se podría desarrollar. En el momento en el que vimos crecer el proyecto con la confirmación de su realización, las ganas de vivir la experiencia se encauzaron en volver a releer artículos y libros y querer llegar a Reggio Emilia, la cuna de la libertad y defensa del derecho a la expresión de la primera infancia, “preparadas”. Pero nunca se está preparada para vivir y comprender la realidad de lo extraordinario de la cotidianeidad, pues requiere de una gran sensibilidad y capacidad de valoración del trabajo personal de las profesionales que están inmersas en ésta.
El primer día de llegada, ya tuvimos la gran suerte de toparnos con la Escuela Infantil Municipal Diana, denominada en 1991 le mejor institución en Educación Infantil a nivel mundial, e inicio de la investigación del “fenómeno pedagógico de Reggio” por investigadores, educadores y pedagogos de casi todos los países del mundo. Para quien la ve por primera vez sin conocer este dato, le llama la atención su integración en un parque como parte de éste, con una gran armonía estética y de edificación, que lejos de destacar su condición de escuela parece destacar su posibilidad de investigación por parte de las criaturas que la habitan.
Tras este primer encuentro se siguieron días que pasaron tan rápido … donde conocimos a compañeras de diversos sitios de España y del mundo, todas con el sentimiento compartido de haber llegado a esta “meca pedagógica”, como denomina Alfredo Hoyuelos a Reggio Emilia.
En la formación, ponentes que nos vinieron a presentar sus proyectos de escuela, siempre basados en la vida cotidiana y cómo integran en ésta la experimentación con materiales que permiten la expresión de la infancia, pero sobre todo, el gran trabajo de observación y registro así como de lo que para mí fue un gran descubrimiento: la narrativa de la gráfica, qué cuentan los niños y las niñas sobre la grafía, pues son sus palabras el centro y la base del trabajo presentado tanto por educadoras como atelieristas.
La visita a la Escuela Infantil Municipal de 0 a 3 años Cervi destacó por la magnífica hospitalidad del equipo, presente en la tarde junto con el personal de cocina, quienes son trascendentales en el día a día del centro educativo. Así como el increíble espacio exterior, donde nuevamente para mí fue destacable su mimetización con la naturaleza, no destacando la escuela con aspectos de color o arquitectura que desentonen o destaquen sobre manera con el contexto en el que está integrada.
Durante la formación, antes y después de ésta, cabe destacar la convivencia con compañeras del día a día y con compañeras de otras escuelas y de otros lugares que siempre enriquece y te hace crecer como persona y profesional; y la exploración y descubrimiento de una nueva ciudad, para mí desconocida, y conocer su arquitectura, cultura, gastronomía (donde destaco los riquísimos helados, así como la bonitas formas con las que nos obsequiaban las heladeras).
Esta movilidad ha sido otro sueño cumplido, del que considero imprescindible valorar la integración en la escuela de la importancia que para el ser humano tiene el “dejar huella”, así como para la educación infantil poner siempre en el eje de todo proyecto los intereses y escucha de la infancia.”
Eva Carrio (EEI La Serena)
