Visualizar talentos nos demás amás de buscar el to propiu Ikigai.
- ? «Un celebru esforciáu fai coses bones.
- ? Un celebru llibre fai coses brilloses»
- Ana Ibáñez / Reel / @mindstudio.es/ Autora ? «Sorprende a tu mente»
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“Amase a unu mesmu
ye l’actu egoísta más arrogante
que puedes faer polos demás”.
Ana Ibáñez
Sí te gustan leer sobre la energía y como funciona el cerebro, este libro te va a gustar, es muy fácil de leer, la explicación de la autora en cada capítulo hace que la lectura sea muy fluida. Te voy a compartir una pequeña reseña de los puntos que más me gustaron y que me aportaron valor. Mi nombre es Bianca Araujo, soy Coach y Consultora de Negocios, siempre comparto información de crecimiento personal y reseñas de libros que me inspiran.
Cómo te dije al principio, si te interesan los libros sobre el funcionamiento del cerebro, este es un manual sencillo con ejercicios que te puede ayudar a transformar tu vida, aunque esto te suene a cliché.
En la primera parte del libro, titulada: el cambio comienza hoy, la autora nos habla de la energía vital haciendo énfasis en que todo es energía y que es justamente esa energía la que nos hace personas y no árboles u otra cosa.
Es la energía la que todo lo cambia, ya que a través de ella es que los átomos se ordenan y forman las moléculas que nos hacen personas.
Ella tiene una frase que dice que “Somos polvo de estrellas esculpidos por la energía” Ana Ibáñez.
Por tanto, si somos producto de la energía, nuestro cerebro transforma esa energía a través de nuestros pensamientos.
Cuando tienes pensamientos negativos invadiéndote, haciéndote sentir inseguro o cargando contra ti mismo, ¿cómo es tu energía?
En cambio, después de tener pensamientos motivantes, alegres, positivos…, es totalmente distinta, ¿verdad?
Esto sucede porque tus pensamientos cambian tu nivel energético, pero tu nivel energético también puede cambiar tus pensamientos.
Pero ¿cómo hacemos para que nuestro cerebro genere energía positiva? Lo primero que debes saber es que cerebro y corazón trabajan unidos para producir más energía.
Ella dice que la energía que emana de tu corazón es cincuenta mil veces mayor que la que emana de tu cerebro.
Para nadie es un secreto que el amor es la emoción que más energía nos hace sentir, cuando sentimos amor por alguien o por algo, parece que irradiamos esa energía, lo que significa que si quieres vibrar alto debes poner el amor como centro de tu vida.
En primer lugar, amándote a ti mismo y luego amando a los demás.
“Amarse a uno mismo es el acto egoísta más generoso que puedes hacer por los demás”. Ana Ibáñez
Porque al amarnos podemos descubrir más fácilmente nuestros talentos y encontrarle un sentido a nuestras vidas, traspasando esa energía también a los demás.
Pero ¿Cómo funciona la energía en nuestro cerebro? Las neuronas se comunican a través de pequeños impulsos eléctricos, conocidas como ondas cerebrales, te las voy a explicar superficialmente para que lo comprendas mejor:
Las ondas hibeta. Corresponden a situaciones de estrés y emergencias, es cuando estamos agitados.
Las ondas beta. Se presentan cuando estamos concentrados, denotan una actividad intensa, es cuando estamos enfocados resolviendo tareas o problemas cotidianos.
Las ondas alpha. Estas se relacionan con estados de relajación, cuando estamos dando un paseo por la naturaleza, escuchando música o actividades que nos generan calma pero no sueño.
Las ondas theta. Son aquellas que están ligadas a la calma profunda, se puede entrar en este estado con meditación pero requiere práctica.
Las ondas delta. Estas son las frecuencias del sueño profundo y que las que nos permiten recuperarnos, rejuvenecer y equilibrar el estado de ánimo.
Logramos el equilibrio cuando permitimos que nuestro cerebro pase de un estado a otro según que la actividad que nos interese, por ejemplo: No podemos meditar si nuestro cerebro está emitiendo ondas hibeta que son aquellas dónde tenemos más actividad.
Por tanto, si queremos aprender a entrenar nuestro cerebro, podemos aprender a pasar de un estado a otro según lo que nos interese, de esta forma podemos sorprender a nuestro cerebro y lo único que necesitamos es de mucha práctica y atención.
En este libro también ella expone uno de los temas que muchas veces sentimos que nos domina: el miedo. Debemos comprender que este es el medio que usa nuestro cerebro cuando interpreta que algo es peligroso, pero debemos recordar que nuestro cerebro es bastante exagerado y ve todo en forma de supervivencia.
Cuando nuestro cerebro detecta algo nuevo, es natural que surja el miedo. Aunque este instinto nos ayuda a sobrevivir, es importante aprender a distinguir entre el miedo provocado por lo desconocido o la incertidumbre, y una amenaza real para nuestra supervivencia.
La autora recomienda que usemos el miedo como una herramienta, entendiendo que la vida tiene distintos matices y podemos educar a nuestro cerebro a pensar con más claridad cuando sentimos miedo, mostrándole que nada es tan terrible.
El miedo, al bloquear gran parte de nuestro funcionamiento cerebral, genera alteraciones a nivel psicológico, pero también a nivel fisiológico. Ana Ibáñez
Por eso no pensamos con claridad y a veces nos paralizamos, en este punto ella recomienda luchar por las oportunidades que hay detrás de la incomodidad que genera el miedo.
Existen dos grandes miedos que nos paralizan:
- El miedo a no ser suficientes y no estar a la altura.
- El miedo a que no nos quieran.
Ambos tipos de miedo pueden llegar a paralizarnos, por lo que resulta importante recordarle a nuestro cerebro aspectos concretos que nos ayuden a ver la situación más objetivamente. Según la autora, una técnica efectiva consiste en engañar al cerebro visualizando el desenlace deseado y positivo de una situación temida, lo cual puede contribuir a calmar nuestros nervios y superar la parálisis.
Otro punto de interés para muchos es el tema de la ansiedad y ella también lo aborda indicando que no somos nosotros, es algo que nos ocurre y podemos vencerla. Veámoslo así nuestro cerebro tiene información almacenada en el consciente, dónde sabemos qué pasa y en el inconsciente, dónde no tenemos ni idea de que pasa.
Por eso a veces podemos experimentar ansiedad y no sabemos de dónde viene, para entenderlo mejor ella explica que nuestro cerebro se divide en capas:
1. En la primera capa está el cerebro reptiliano.
El cual se encarga de las funciones vitales y automáticas. Es esa parte del cerebro dónde se almacenan datos inconscientes y lo único que quiere es sobrevivir.
2. La siguiente capa es el sistema límbico.
Es la parte emocional de nuestro cerebro, es la que nos permite sentir y la que genera el río de emociones que pueden detonar la ansiedad.
3. Y la última capa es el córtex cerebral
Es la responsable de que podamos pensar, observar, planificar, anticipar, responder y organizar la información.
Cuando la información llega a la última capa del cerebro, probablemente ya no puedes ver con claridad por todos los datos inconscientes que traes de las capas anteriores. Es la lucha entre tu cerebro que interpreta ciertas situaciones para lograr sobrevivir y detona un sin fin de emociones que no te permiten tomar el control del córtex prefrontal.
La autora advierte sobre la importancia de distinguir entre el estrés y la ansiedad. Mientras el estrés suele ser temporal y se experimenta en determinadas situaciones, la ansiedad puede ser como una percepción distorsionada que nuestro cerebro crea al enfrentar situaciones estresantes.
La autora destaca la existencia de dos tipos de estrés: uno positivo que nos impulsa a actuar, por ejemplo, al hablar en público o al responder rápidamente para resolver un problema, y otro negativo que puede llevar a la parálisis.
Pero con la óptica adecuada puedes ayudar a tu cerebro a hacer la interpretación correcta bajo una situación de estrés, por ejemplo:
Puedes mandarte mensajes dónde expreses que esa situación que estás viviendo es momentánea y que al finalizar vas a tener una recompensa, entendiendo que la situación no puede ser prolongada por semanas o meses. Es manejar las situaciones puntuales a las que expones a tu cerebro diciéndole que al finalizar tendrá algo que le guste. Un helado, descansar, un fin de semana tranquilo, todo dependerá de la situación y de lo que tú consideres una recompensa.
Es simplemente demostrarle a tu cerebro que no está atrapado en esa situación.
Ahora veamos emociones vs estados de ánimo. Ella dice que las emociones son sentimientos instantáneos, superficiales y efímeros, usualmente llegan con mucha rapidez y nos invaden sin poderlas controlar. En cambio, los estados de ánimo son profundos y vuelven una y otra vez, es decir, cuando una emoción se aloja durante mucho tiempo, se convierte en un estado de ánimo.
La diferencia de ambos es que cuando una emoción nos invade se nos hace difícil influir en ella, mientras que sí lo podemos hacer en los estados de ánimo. No podemos controlar, sentir miedo, tristeza o angustia, en ciertos momentos, pero sí podemos evitar que se aloje en nosotros y nos lleven a sentirnos mal permanentemente.
Otro punto que ella destaca es que no solo la mente produce emociones, también lo hace el cuerpo, así que es importante que recuerdes que tus pensamientos fabrican emociones, pero también las posturas corporales.
En esta segunda parte del libro la autora refuerza que todos deberíamos utilizar la atención a nuestro favor, la atención actúa como una especie de luz que va iluminando todo aquello dónde centramos nuestra atención. Si algo no se ilumina en nuestra vida es porque no le prestamos atención, sin embargo, la autora también resalta que muchas veces no elegimos dónde poner nuestra atención porque nuestro inconsciente nos dirige.
Esto es algo que se debe entrenar, eligiendo conscientemente dónde queremos nuestra atención y podemos utilizar nuestra concentración para poner atención a lo que queremos. Cuando nos concentramos estamos viendo solo esa parte de la realidad y nuestro cerebro actúa muy bien en este estado porque se siente a salvo.
Pero debes saber que nuestro cerebro necesita de calma y energía para concentrarse, en este punto ella sugiere tener burbujas de concentración, por ejemplo, si quieres leer, prepara un espacio que te motive para hacerlo y asegúrate de que tu cerebro tenga la energía necesaria y este en calma, esto aplica a cualquier actividad que quieras realizar, solo debes buscar cuál es la burbuja de concentración con los elementos que te ayudarán.
Igualmente, ella propone escuchar tu propio ritmo personal, hay personas que para ciertas actividades funcionan mejor en las mañanas y otras en las noches. Todo dependerá de ti, de tus motivaciones y de reconocer cuáles son los momentos para ejecutar tareas que requieran atención y concentración.
Sin embargo, debemos dejar que nuestro cerebro también sea libre y se desenfoque porque usualmente en esos momentos son donde surgen las grandes ideas.
El desenfoque nos permite ver más allá de lo que nuestros sentidos perciben, conectar con la parte inconsciente del cerebro y de nuestra intuición, da rienda suelta a la creatividad y nos ayuda a unirnos de manera más sensible con el entorno.
La mente es igual que un paracaídas, solo funciona si se abre. Ana Ibáñez
Existen 3 grandes ventajas del desenfoque:
- Te permite tener nuevas perspectivas.
- Te recarga de energía.
- Aumenta tu creatividad.
Esto es algo que surge en automático, solo nos debemos dejarnos llevar, pero es importante que recuerdes que tanto la concentración como el desenfoque deben coexistir con equilibrio en nuestras vidas. Mucha concentración nos agota y nos perdemos de vivencias más espontáneas, pero también exceso de desenfoque no nos permite materializar las ideas.
La autora también menciona en el libro los casos de TDA que usualmente se manejan socialmente como limitantes y se tiende a etiquetar a las personas de malas estudiantes.
Ella lo expone del otro lado, dice que no es un déficit de atención, sino más bien exceso de atención y la dificultad que presentan los que tienen TDA es elegir a que prestar atención de forma continua.
Pero si se le da una buena razón al cerebro para mantener el enfoque con algo que le agrade, por supuesto que lo hará, solo requiere de la motivación adecuada y ser libre.
En esta segunda parte del libro incluye otro tema que a mi parecer es fundamental, la autoestima, ella dice que es el origen de todo. Si nuestra autoestima es baja, lo que tu mente te dice es que no te has ganado que te quieran y esto no es un capricho, es una necesidad básica de todos.
Ana dice que la autoestima es el equilibrio entre lo que somos y lo que creemos que deberíamos ser, quienes somos es nuestra esencia, lo que apartamos muchas veces para intentar encajar con lo que queremos ser producto de lo que nos dicen y el cerebro fabrica autoestima cuando se siente a salvo con quien eres y haces. Por eso es muy importante ser flexible con la vida y tener una mirada amable con nosotros.
Finalmente, el último tema que aborda la autora es el del perfeccionismo, nos dice que lo veamos como un aliado, ya que muchas veces cuando vemos a una persona perfeccionista vemos mucha pasión detrás de lo que hace. El equilibrio se encuentra en crear la realidad que deseas y soltar el esfuerzo y la exigencia constante.
En pocas palabras, el perfeccionismo necesita de límites, si no somos capaces de hacerlo entonces nos limita porque siempre vamos a sufrir con la tendencia que tenemos de mejorar algo constantemente.
En este libro la autora comparte experiencias personales, de pacientes, de su centro mindstudio y adicionalmente ejercicios que podemos poner en práctica.
