Como la Pretty Woman de la antigüedad, Teodora de Bizancio pasó de ser una prostituta pobre, a la más poderosa y famosa emperatriz de Bizancio . Pero no fue una emperatriz «florero» sino que gracias a ella se llevaron a cabo importantes reformas que mejoraron la condición de la mujer.  Detrás del “Corpus Juris Civilis” de su esposo el Emperador Justiniano, estaba el cerebro de Teodora, en especial en el apartado de “La familia ”. Teodora logró por ley que los hijos legítimos o ilegítimos, tuvieran los mismos derechos, incluso ante la herencia.

Conociendo el sufrimiento de las mujeres que ejercían la prostitución. logró que se incluyera la persecución del proxenetismo (antes protegido por la ley) y la declaración de que la prostitución es “un agravio a la dignidad de las mujeres”.

Impulsó leyes para que las mujeres pudieran ser propietarias y heredar dinero o propiedades y además mejoró el sistema de atención a la salud femenina. Inspiradas por ella aparecieron leyes que defendían la igualdad de la mujer, el derecho al divorcio, la prohibición de castigos por adulterio, la imposición de penas para los violadores, la posibilidad de abortar… y todo esto hace nada menos que 1.500 años.