JEROCINE

PIN I CULTURA CINEMATOGRÁFICA

BIENVENIDOS A JEROCINE

Irá creciendo en cursos posteriores y esperamos que se convierta en una herramienta de entretenimiento y aprendizaje.

Empezamos.

“¡Luz, cámara, acción!”

 

¡Qué bello es vivir!

Dentro del Proyecto de Centro «Cruzando el puente», el alumnado de 1º de Bachillerato que cursa la optativa PIN I: CULTURA CINEMATOGRÁFICA se desplazó el pasado lunes 19 de diciembre al Centro de Día para ver con nuestros mayores el clásico navideño ¡Qué bello es vivir!  A continuación, se realizó un coloquio (siguiendo las pautas de un cinefórum) que resultó muy enriquecedor. Terminamos destacando dos frases de la película: «La vida de cada hombre afecta a muchas vidas; y cuando él no está, deja un hueco terrible.» y «Recuerda: Nadie es un fracaso si tiene amigos

 

¿Sabías que…

durante el rodaje de El moderno Sherlock Holmes Buster Keaton se rompió una vértebra, pero no lo supo hasta una década después?
En la escena, se suponía que una corriente de agua tenía que caer sobre Keaton desde una torre. La fuerza fue tal que literalmente  rompió su cuello, solo que ni siquiera lo supo. Keaton no se enteró sino hasta varios años después, cuando un doctor sintió curiosidad acerca de unas radiografías que le habían tomado.

LA INVENCIÓN DE HUGO

FICHA TÉCNICA:

Director: Martin Scorsese.

Productores: GK Films, Infinitum Nihil.

Guionistas: John Logan, Brian Selznick.

Actores: Jude Law, Christopher Lee, Chloe Moretz, Sacha Baron Cohen, Ben Kingsley, Asa Butterfield.

Género: Aventura, Familiar, Fantasía.

País: Estados Unidos.

Duración: 127 min.

Año: 2011.

Titulo Original: Hugo

 

¿Quién podría odiar el cine?  Y más importante, ¿quién quemaría la libreta de un pobre niño que solo pasaba por ahí? Esto lo podemos ver en la “La invención de Hugo”, esta película de Scorsese que no solo nos muestra la historia de Hugo si no que también nos enseña parte de la historia del cine.  

La película comienza presentándonos a Hugo (Asa Butterfield), un niño que vive en la estación del tren e intenta coger un ratón de juguete de una de las tiendas de la estación. El propietario de esta tienda es Papa George (Ben Kingsley) cuya hija Isabelle (Chloë Grace Moretz) se hará amiga de Hugo. También vemos desde el principio al vigilante de la estación, un hombre cojo (interpretado por Sacha Baron Cohen) que siempre va acompañado de su dóberman. La trama principal gira en torno a un robot que el padre de Hugo (Jude Law) había encontrado en el museo en el que trabaja antes de morir. La búsqueda del niño por arreglar el robot le lleva a descubrir cosas de Papa George que parecían imposibles. 

La película dirigida por Martin Scorsese es algo muy diferente a lo que solemos ver. Acostumbrados a películas más oscuras y violentas “La Invención de Hugo” nos presenta un film para todos los públicos. Eso sí, en el reparto repite Ben Kingsley quien también estuvo con Scorsese en “Shutter Island”, la película que precede a esta. La película trata temas como la orfandad y el duelo pero también presenta una gran aventura para dos niños que intentan arreglar el robot de Hugo. 

El guion está muy bien adaptado al cine y lleva una línea muy clara pese a seguir dos tramas a la vez. Los actores, no solo aquellos más consagrados en la industria, si no también aquellos más jóvenes hacen un trabajo perfecto en sus diferentes papeles. Lo único malo que puedo decir de esta película es que algunas cosas quedan un poco forzadas como la relación de Hugo y Papa George pero es gran película que ciertamente se merecía los cinco Oscars que ganó. 

(María López)

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Johnny Guitar, de Nicholas Ray, 1954

 Vienna ( Joan Crawford) y Jhonny (Sterling Hayden)

Johnny: “¡No te vayas!”

Vienna: “No me he movido”

Johnny: “Dime algo bonito”

Vienna: “Claro ¿Qué quieres que te diga?”

Johnny: “Miénteme. Dime que todos estos años me has estado esperando. Dímelo”

Vienna: “Todos estos años te he estado esperando”

 

 

 

 

Johnny: “Dime que te habrías muerto si no hubiera regresado”

Vienna: “Me habría muerto si no hubieses regresado”

Johnny: “Dime que aún me quieres como yo te quiero a ti”

Vienna: “Aún te quiero como tú a mí”

Johnny: “Gracias. Muchas gracias”

Los Fantasmas Del Roxy, de Joan Manuel Serrat

Sepan aquellos que no estén al corriente,
que el Roxy, del que estoy hablando, fue
un cine de reestreno preferente
que iluminaba la Plaza Lesseps.
Echaban NO-DO y dos películas de ésas
que tú detestas y me chiflan a mí,
llenas de amores imposibles y
pasiones desatadas y violentas.
Villanos en cinemascope,
hermosas damas y altivos caballeros del Sur
tomaban té en el Roxy
cuando apagaban la luz.
Era un típico local de medio pelo
como el Excelsior, como el Maryland,
al que a mi gusto le faltaba el gallinero,
con bancos de madera, oliendo a zotal.
No tuvo nunca el sabor del Selecto
ni la categoría del Kursaal,
pero allí fue donde a Lauren Bacall
Humphrey Bogart le juró amor eterno
mirándose en sus ojos claros.
Y el patio de butacas aplaudió con frenesí
en la penumbra del Roxy,
cuando ella dijo que sí.
Yo fui uno de los que lloraron
cuando anunciaron su demolición,
con un cartel de: «Nuñez y Navarro,
próximamente en este salón».
En medio de una roja polvareda
el Roxy dio su última función,
y malherido como King-Kong
se desplomó la fachada en la acera.
Y en su lugar han instalado
la agencia número 33 del Banco Central.
Sobre las ruinas del Roxy
juega al palé el capital.
Pero de un tiempo acá, en el banco, ocurren cosas
a las que nadie encuentra explicación.
Un vigilante nocturno asegura
que un trasatlántico atravesó el hall
y en cubierta Fred Astaire y Ginger Rogers
se marcaban «el continental».
Atravesó la puerta de cristal
y se perdió en dirección a Fontana.
Y como pólvora encendida
por Gracia y por La Salud está corriendo la voz
que los fantasmas del Roxy
son algo más que un rumor.
Cuentan que al ver a Clark Gable en persona
en la cola de la ventanilla dos
con su sonrisa ladeada y socarrona,
una cajera se desparramó.
Y que un oficial de primera, interino,
sorprendió al mismísimo Glenn Ford,
en el despacho del interventor,
abofeteando a una rubia platino.
Así que no se espante, amigo,
si esperando el autobús le pide fuego George Raft.
Son los fantasmas del Roxy
que no descansan en paz.

Cine, Cine, de Luis Eduardo Aute.

Recuerdo bienAquellos cuatrocientos golpes de TruffautY el travelling con el pequeño desertorAntoine DoinelPlaya a travésBuscando un mar que parecía más un paredónY el happy-endQue la censura travestida en voz en offSobrepusiera al pesimismo del autorNos hizo verQue un mundo cruelSe salva con una homilía fuera del guión
Cine, cine, cineMás cine por favorQue todo en la vida es cineQue todo en la vida es cineY los sueñosCine son
Al fin llegóEl día tan temido más allá del marPrevisto por los grises de Henri DecaeCuánta razónTuvo el censorAntoine Doinel murió en su domicilio conyugal
Pido perdónPor confundir el cine con la realidadNo es fácil olvidar Cahiers du cinémaLe Mac MahonEso pasóSon olas viejas con resacas de la nouvelle vague
Cine, cine, cineMás cine por favorQue todo en la vida es cineQue todo en la vida es cineY los sueñosCine son
Cine, cine, cineMás cine por favorQue todo en la vida es cineQue todo en la vida es cineY los sueñosCine son

 

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