Un estudio de la Universidad de British Columbia (EE.UU.) ha demostrado recientemente que emparejar a los terneros mejora el modo en que los animales procesan cierta información, es decir que la práctica habitual de que cada animal tenga su propio espacio en el establo podría acarrear ciertas dificultades de aprendizaje. “Es recomendable  determinada convivencia durante el periodo de lactancia del ternero”, concluye Dan Weary, uno de los autores del estudio.

Para comprobar la agudeza mental de los animales criados en compañía, frente a los que viven aislados, los investigadores mostraron a las vacas un cubo rojo y una botella de leche negra llena y otra vacía, aunque pintada de blanco.  En el primer caso, los animales pareados pronto dejaron de ver el cubo como algo novedoso frente a la continuada fascinación de los animales solos. Con las botellas ocurrió algo similar, tras un mínimo entrenamiento, los animales pareados se decantaban más fácilmente por la botella que realmente contenía la leche.