Mediante la selección genética podemos mejorar la producción, la salud y la funcionalidad de nuestro ganado, además de contribuir a la reducción de los Gases de Efecto Invernadero (GEI). Lo han descubierto un equipo de investigadores de España, del que forman parte José Antonio Jiménez Montero y Noureddine Charfeddine del departamento técnico de CONAFE.

Estos científicos apuntan que, se puede reducir el metano entérico con una selección de animales que usen piensos de manera más eficiente. El metano de la fermentación entérica se considera el principal contribuyente a los GHG Protocol (Protocolos de Gases de Efecto Invernadero) procedentes de los rumiantes. Estas emisiones contribuyen al calentamiento global y representan una pérdida de energía alimentaria en los rumiantes. “La selección actual está aumentando la producción total de metano en la población de vacas lecheras, pero está reduciendo la intensidad de metano (por kilogramo de leche) debido a los niveles productivos más altos de cada vaca.

Si bien, la producción de metano es necesaria para mantener la homeostasis del rumen, se espera que las emisiones totales de metano disminuyan de un 4% a un 6% en diez años debido al aumento de la producción de leche por vaca. Si la producción anual de metano por vaca se incluye en los objetivos de reproducción y se asignan pesos ad hoc a la producción de metano, la emisión de GEI (Gases de Efecto Invernadero) del ganado podría reducirse en un 20% en 10 años.

El límite biológico de la producción de metano sigue siendo desconocido, este estudio muestra el potencial de incluir rasgos ambientales en los índices de selección.