Semana 9: «La venganza», Abel F.S.

«¿Cómo lo supo?«, me dije a mí mismo cuando me contó lo que había hecho ayer por la noche en la casa de sus amigos. Me explicó que lo sabía porque había puesto cámaras por si le robaban algo en casa. Entonces me di cuenta de que iba a llamar a la policía. Le pedí que por favor no lo hiciera, pero él no me contestó. Se fue a la cocina y cerró la puerta. Nunca sabré lo que pasó.

Semana 8: «La sala de interrogatorios», Lucía M.D.

Bueno, por ahora ese era el plan. Todo iba a la perfección hasta que me descubrió. Os comento.

Yo le conocí en el instituto, éramos la parejita del año y aunque yo le veía extraños comportamientos con otras chicas nunca le di importancia.

Pasaron los años y nos casamos, una boda magnífica.

Nunca quisimos niños en nuestra relación, ya era bastante con aguantarle a él y a mi suegra. Cuando murió su madre, esa que no le quiso hasta que empezó a trabajar como banquero, él empezó a beber y a salir más de la cuenta. Creedme, yo no soy una mujer celosa, pero aquel día quise experimentar. No tenía fuerza para cargar a un muerto en brazos, así que le causé una «muerte natural». Estaba borracho y le empujé por las escaleras de emergencia.

Después de asistir al funeral me dediqué a viajar en primera clase por todo el mundo. Cuando volví me encontré con que una de sus amiguitas me había delatado pero la única pieza que no encaja es: ¿cómo lo supo?

Semana 7: «RPQ33», Ainhoa C.M.

Me han programado así. ¡Quién lo iba a pensar! Yo, RPQ33, androide guapetón de última generación. El último grito en ingeniería informática, el más avanzado de mi generación, lleno de algoritmos matemáticos, con un diseño innovador y perfecto. Pero lo más importante de todo: me han diseñado con sentimientos y emociones, así que todo el mundo quiere tenerme. Cuando me anunciaron, la gente estuvo haciendo cola durante días para comprarme y llevarme a sus casas. Ahora hay una lista de espera de seis meses, y como quieras tenerme en un color determinado, se puede alargar aún más. Pero tengo que reconocerlo, cuando me miro al espejo soy increíble. Han incorporado en mi disco duro un sinfín de sentimientos y emociones humanas. Hablo siete idiomas y tengo un movimiento de ojos espectacular. Poseo una autonomía de batería de cinco días y soy tan ligero que si te vas de viaje, puedes llevarme en la maleta. Y es que este 2085 es un año muy loco. Mi antecesor, RPQ23,  no tuvo tanta suerte como yo. Tenía algún cable cruzado y el pobre chocaba contra muebles y esquinas. No se vendieron muchos y la compañía casi quiebra. Así que conmigo se tomaron su tiempo y me hicieron perfecto; bueno, por ahora…