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Nivel 2.1. LAS PERSONAS Y LA SALUD.

Unidad 4. La función de relación.

1. LA FUNCIÓN DE RELACIÓN.

La función de relación es una función vital en la que intervienen los órganos de los sentidos, el sistema nervioso, el sistema endocrino y el aparato locomotor.

1.1. Los órganos de los sentidos.

Participan en los cinco sentidos (vista, audición, gusto, olfato y tacto). El sentido de la vista, a través de los ojos, permite percibir la luz, las imágenes y los movimientos, así como distinguir colores, tamaños y distancias. El sentido de la audición, a través de los oídos, permite captar los sonidos y mantener el equilibrio. El sentido del gusto, a través de las papilas gustativas localizadas en la lengua, sirve para captar los sabores dulce, salado, ácido y amargo. El sentido del olfato, a través de las fosas nasales, se encarga de captar las sensaciones olfativas y el sentido del tacto, a través de la piel, permite la percepción de las sensaciones táctiles de dolor, calor, frío, presión o tacto. Los órganos de los sentidos se encargan de recoger la información.

1.2. El sistema nervioso.

Formado por el sistema nervioso central (encéfalo y la médula espinal; el encéfalo a su vez está constituido por el cerebro, el cerebelo y el bulbo raquídeo) y el sistema nervioso periférico (nervios y ganglios nerviosos). Se encarga de analizar la información recogida, procedente del interior del cuerpo y del exterior del cuerpo (por los órganos de los sentidos), para elaborar una respuesta, de modo que coordina y regula todas las actividades del organismo.

1.3 El sistema endocrino.

Formado por glándulas endocrinas productoras de hormonas. Se encarga de colaborar con el sistema nervioso en la coordinación y regulación de todas las actividades de nuestro organismo.

1.4. El aparato locomotor.

Formado por el sistema esquelético (los huesos) y el sistema muscular (los músculos). Se encarga de ejecutar la respuesta elaborada por el sistema nervioso, permitiendo realizar el movimiento de nuestro cuerpo, es lo que se conoce como locomoción.

2. EL FUNCIONAMIENTO DE LOS SISTEMAS NERVIOSO Y ENDOCRINO: PRINCIPALES ALTERACIONES.

2.1. Los sistemas nervioso y endocrino.

Los sistemas nervioso y endocrino se encargan de realizar la coordinación y el control de nuestro organismo.

Al sistema nervioso le llega la información del exterior (recogida por los órganos de los sentidos) y del interior del cuerpo, la analiza y elabora una respuesta que será ejecutada por los músculos del aparato locomotor y las glándulas del sistema endocrino; de esta manera, el sistema endocrino colabora con el sistema nervioso en su función: coordinar y regular todas las actividades del organismo.

La información (o cambio) que llega al sistema nervioso, capaz de producir una respuesta en el organismo, es lo que se conoce como estímulo; los cambios de presión, de temperatura, de composición química o de luz, son estímulos.

Los estímulos son captados a través de receptores, externos o internos, presentes en el organismo. Los receptores pueden ser de distintos tipos, según el estímulo que captan, de modo que los receptores que captan los cambios de presión son los mecanorreceptores, los receptores que perciben los cambios de temperatura son los termo receptores, aquellos receptores sensibles a los cambios químicos son los quimiorreceptores y los receptores que captan los cambios de luz son los fotorreceptores.

Los receptores captan el estímulo y lo transforman en un impulso nervioso que es transmitido, a través de las neuronas (células nerviosas) de los nervios, a los centros nerviosos donde se elabora la respuesta adecuada, que será transmitida, a través de nervios, hacia los órganos efectores, encargados de ejecutar la respuesta.

Los órganos efectores pueden ser de dos tipos: los músculos, que producen movimientos, y las glándulas, que secretan (vierten) sustancias.

Hay dos tipos de glándulas: las exocrinas y las endocrinas. Las glándulas exocrinas secretan las sustancias fabricadas por ellas, al exterior del organismo (por ejemplo, las glándulas sudoríparas) o al tubo digestivo (por ejemplo, las glándulas salivares). Las glándulas endocrinas secretan las sustancias fabricadas, llamadas hormonas, a la sangre, en el interior del organismo, por lo que se las conoce también como glándulas de secreción interna (por ejemplo, la glándula tiroides).

Las glándulas endocrinas están repartidas por todo el cuerpo, formando parte del sistema endocrino, que se relaciona así con el sistema nervioso, colaborando con éste en la coordinación y la regulación de todas las actividades de nuestro organismo.

2.2. El sistema nervioso: alteraciones.

Las células nerviosas llamadas neuronas son las unidades funcionales del sistema nervioso. El sistema nervioso percibe las condiciones del medio externo (a través de los estímulos captados por los receptores), conoce las condiciones del medio interno (el estado de los órganos del cuerpo), coordina los movimientos voluntarios y no voluntarios y crea el pensamiento. De esta manera, el sistema nervioso controla la relación con el medio externo y regula el medio interno, para lograr un funcionamiento integrado del organismo.

Las células nerviosas llamadas neuronas son las unidades funcionales del sistema nervioso, ya que transmiten a lo largo de éste el impulso nervioso generado a partir del estímulo captado por los receptores.

Cada neurona posee un cuerpo celular (contiene citoplasma y núcleo), del que parten unas ramificaciones denominadas dendritas y una prolongación llamada axón, rodeado de manera discontinua por una sustancia aislante llamada mielina.

El estímulo captado por los receptores es transformado en impulsos nerviosos (contienen la información del estímulo), que son transmitidos a unas neuronas llamadas neuronas sensitivas, las cuales dirigen la información a modo de impulso nervioso a los centros nerviosos, donde se procesa dicha información y se elabora una orden que finalmente es transmitida a modo de impulso nervioso a unas neuronas denominadas neuronas motoras, encargadas de transmitir la información a los órganos efectores (músculos o glándulas), para que éstos ejecuten la respuesta adecuada a la orden recibida.

La información viaja por el sistema nervioso a modo de impulso nervioso (cambios eléctricos y químicos que ocurren a lo largo de la membrana de la neurona), y se transmite desde una neurona (neurona presináptica) a otra neurona (neurona postsináptica) o al órgano efector, mediante un mecanismo denominado sinapsis. La sinapsis puede ser de dos tipos: la sinapsis eléctrica (el axón de la neurona presináptica contacta directamente con el cuerpo neuronal de la neurona postsináptica, transmitiendo el impulso nervioso) y la sinapsis química (las dos neuronas implicadas en la sinapsis están separadas por la hendidura sináptica, de modo que el axón de la neurona presináptica libera unas sustancias llamadas neurotransmisores a la hendidura sináptica, que son captados por las dendritas de la neurona postsináptica, transmitiéndose así el impulso nervioso). El conjunto de estructuras que forman el sistema nervioso, permiten a éste cumplir sus funciones.

El sistema nervioso está constituido por el sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico. El sistema nervioso central está formado por el encéfalo y la médula espinal (donde ocurre el arco reflejo, que permite la realización de actos reflejos como el retirar la mano ante un pinchazo); el encéfalo a su vez está constituido por el cerebro (relacionado con la inteligencia, la creatividad, el pensamiento, la voluntad, el juicio, el habla, el tacto, el gusto, el olfato, la audición o la vista), el cerebelo (coordina el movimiento y el equilibrio) y el bulbo raquídeo (controla la respiración, el funcionamiento del corazón, el sueño o el vómito).

El sistema nervioso periférico está constituido por el sistema nervioso somático y el sistema nervioso autónomo. El sistema nervioso somático (realiza un control voluntario de actividades como caminar, enviando la información desde los receptores localizados en la piel, y otros órganos y tejidos del cuerpo, a través de neuronas sensitivas, hacia el sistema nervioso central, y desde éste a la piel y el músculo esquelético del aparato locomotor). El sistema nervioso autónomo o vegetativo (realiza el control involuntario de la actividad de los órganos internos, como la digestión en el aparato digestivo o el latido del corazón, enviando la información captada por los receptores localizados en las vísceras, a través de neuronas sensitivas hacia el sistema nervioso central, y desde éste, a través de neuronas motoras, hacia el músculo liso del tubo digestivo o de los vasos sanguíneos por ejemplo, hacia el músculo cardiaco y hacia las glándulas) a su vez se divide en sistema nervioso simpático y sistema nervioso parasimpático. A veces ambos tienen efectos opuestos en el mismo órgano. Por ejemplo el sistema simpático aumenta la presión arterial mientras que el parasimpático la disminuye. En general, ambos sistemas trabajan juntos para garantizar que el cuerpo responda adecuadamente a las diferentes situaciones. El  sistema nervioso simpático prepara el cuerpo para situaciones que requieren estado de alerta o fuerza, como situaciones que despiertan temor, ira, emoción o vergüenza. El  sistema nervioso parasimpático  está activo durante los períodos de digestión y descanso.

El sistema nervioso central está rodeado y protegido por tres membranas llamadas meninges (la piamadre es la más interna, la aracnoides es la intermedia y la duramadre es la más externa) y el líquido cefalorraquídeo (LCR), que circula entre las meninges y transporta los nutrientes desde la sangre hasta las neuronas. El LCR es un medio estéril, si se encuentran en él microorganismos, es indicativo de patología; las personas con meningitis presentan inflamación de las meninges, y en el caso de tratarse de meningitis bacteriana o vírica, se encuentran dichos microorganismos en el análisis del LCR.

El encéfalo del sistema nervioso central, está protegido por la barrera hematoencefálica. Cuando la persona sufre un derrame cerebral hemorrágico (que le puede conducir a un infarto cerebral), se rompe la barrera hematoencefálica, haciendo posible que ocurran infecciones en el cerebro.

2.3. Enfermedades asociadas al sistema nervioso.

La enfermedad de Alzheimer, la demencia senil o la enfermedad de Parkinson, son enfermedades neurodegenerativas, causadas por la muerte progresiva de neuronas.

La depresión clínica, el trastorno bipolar o la esquizofrenia son enfermedades mentales, que se tratan con terapia psiquiátrica.

El síndrome de Down lleva asociados desórdenes cerebrales, es congénito (ya está presente en el nacimiento) y tiene base genética, pues se debe a la trisomía del par de cromosomas 21.

Algunas enfermedades asociadas al sistema nervioso están causadas por microorganismos patógenos (bacterias y virus principalmente), como es el caso de las meningitis bacterianas o víricas, o por unos agentes infecciosos llamados priones, como ocurre con la Encefalopatía Espongiforme Bovina (mal de las vacas locas). Se cree que los virus y las bacterias también podrían estar implicados en el desarrollo de la enfermedad de Parkinson o la esclerosis múltiple.

2.4. El sistema endocrino: alteraciones y enfermedades.

El sistema endocrino está constituido por glándulas que producen hormonas.

El sistema endocrino colabora con el sistema nervioso en su función (coordinar y regular todas las actividades del organismo).

El sistema endocrino está constituido por una serie de glándulas endocrinas (glándulas de secreción interna), distribuidas por el cuerpo, que poseen unas células especializadas, capaces de fabricar y secretar hormonas, las cuales actúan sobre las células blanco, células concretas localizadas en los órganos de los distintos aparatos o sistemas del cuerpo, regulando la actividad de dichos órganos, bien activándolos (estimulando su funcionamiento) o inhibiéndolos (impidiendo su funcionamiento); de esta forma, el sistema endocrino interviene por ejemplo en la reproducción, en el desarrollo de los tejidos o en el crecimiento.

2.5. Composición del sistema endocrino

El hipotálamo, la glándula pineal o epífisis, el timo, la hipófisis o glándula pituitaria, la glándula tiroides, las glándulas paratiroides, el timo, las glándulas suprarrenales, el páncreas y las gónadas (femeninas: los ovarios y masculinas: los testículos) forman parte del sistema endocrino.

La hipófisis es una glándula que controla la actividad de otras glándulas endocrinas del sistema endocrino, y a su vez está regulada por el hipotálamo.

Un ejemplo de cómo funciona el sistema endocrino es la regulación de los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre; en esta función del sistema endocrino actúan dos hormonas: la insulina y el glucagón. La insulina es una hormona secretada por el páncreas. La insulina actúa manteniendo los niveles de glucosa en sangre; ocurre que tras la ingesta de alimentos, y su posterior digestión y absorción de nutrientes como la glucosa en el intestino delgado, con el paso de la glucosa a la sangre, aumentan los niveles de glucosa en la sangre y es cuando actúa la insulina, retirando la glucosa de la sangre hacia las células del cuerpo, para que éstas la utilicen como fuente de energía. El glucagón, al igual que la insulina, es una hormona secretada por el páncreas, pero actúa justo al contrario que la insulina, llevando glucosa desde las células hacia la sangre, cuando hay demanda de glucosa en sangre, para llevarla por ejemplo a las células de los músculos que necesitan más aporte de glucosa, como fuente de energía, durante el ejercicio físico. La diabetes es una enfermedad endocrina. En las personas diabéticas, los niveles de glucosa en sangre no se mantienen en los niveles normales, bien porque el páncreas no produce la cantidad suficiente de insulina (diabetes tipo 1, también llamada diabetes mellitus) o bien porque se da una resistencia a la insulina (no es que el páncreas no produzca insulina, sino que la acción de la insulina está reducida; se trata de la diabetes tipo 2).

En la glándula tiroides se produce la hormona tiroxina, implicada en el metabolismo celular. Para fabricar la tiroxina, el tiroides necesita yodo, que el organismo incorpora a través de la dieta. Una dieta pobre en yodo hace que el tiroides aumente su tamaño, provocando un engrosamiento de la zona del cuello donde se localiza esta glándula, es lo que se conoce como bocio; por esta razón, como medida preventiva, se recomienda que la sal adicionada a los alimentos de la dieta sea yodada. El hipotiroidismo es una de las causas evitables de retraso mental.

2.6. Salud mental.

«Se podría considerar que una persona goza de salud mental, cuando mantiene una relación de equilibrio con su entorno sociocultural, que le permite básicamente su desarrollo intelectual, laboral y social, y además carece de desórdenes, trastornos o enfermedades mentales».

El comportamiento de la persona refleja su estado de salud mental; una persona capaz de manejar sus capacidades, competencias, responsabilidades, temores, tensiones y relaciones interpersonales, capaz de afrontar y superar situaciones traumáticas y difíciles, si además no padece ninguna enfermedad o desorden mental, se podría decir que es una persona que goza de buena salud mental o de óptimo estado de bienestar psíquico y social.

Existen factores sociales que afectan negativamente a la salud mental. El estrés, la contaminación ambiental, algunas condiciones de trabajo, ciertos modelos y hábitos de consumo social, especialmente de sustancias adictivas como el tabaco, el alcohol y las drogas en general, son factores sociales que pueden dañar el estado de salud mental de una persona.

La imagen corporal influye en nuestra autoestima y por tanto en la imagen que tenemos de nosotros mismos, pero es conveniente mantener una actitud crítica ante los estereotipos sociales y no dejarse llevar por modas como vestir una determinada talla de ropa, o broncearse en exceso, que nos hagan finalmente perder la salud.

El vestir una determinada talla de ropa está llevando a algunas personas a mantener un peso corporal por debajo de su peso ideal.

En nuestra sociedad, existe una exagerada preocupación por la imagen corporal, imponiéndose, sobre todo entre los adolescentes, la delgadez como sinónimo de éxito ya que se asocia con popularidad e inteligencia y se rechaza «la gordura». De esta forma, no es difícil encontrar personas que presentan una preocupación obsesiva por su figura corporal y tienen una imagen distorsionada de ésta; es lo que les ocurre a las personas anoréxicas y las personas bulímicas, que sufren trastornos mentales relacionados a su vez con trastornos de la conducta alimentaria. También se da el caso de personas vigoréxicas, que se obsesionan por tener un cuerpo muy musculado, a base de realizar ejercicio físico excesivo, llevar una dieta no equilibrada y consumir sustancias anabolizantes, lo cual no es saludable.

Las personas que sufren anorexia, bulimia y vigorexia poseen un carácter obsesivo que les lleva a preocuparse constantemente por el peso y la dieta, que, al no ser equilibrada, provoca en ellas graves problemas de salud.

La actual moda social del bronceado ha hecho aumentar de manera alarmante en nuestra sociedad patologías dermatológicas como el cáncer de piel. Es necesario limitar la exposición al sol y en todo caso utilizar protectores solares con la protección adecuada a cada tipo de piel, para poder minimizar los riesgos que la exposición al sol puede tener sobre la salud, y aprovechar los efectos beneficiosos de dicha exposición, como es la producción de vitamina D gracias a los rayos de tipo ultravioleta presentes en la luz solar.

3. EL APARATO LOCOMOTOR.

El aparato locomotor se encarga de ejecutar la respuesta elaborada por el sistema nervioso, permitiendo realizar el movimiento de las distintas partes del cuerpo y el desplazamiento o traslado del cuerpo a lo largo de un trayecto, es lo que se conoce como locomoción.

El aparato locomotor está formado por el sistema esquelético (los huesos, los cartílagos y los ligamentos articulares) y el sistema muscular (los músculos).

El sistema esquelético, constituido por los huesos, los cartílagos y los ligamentos, colabora en la locomoción, pero también cumple otras funciones como son dar forma y proteger nuestros órganos internos, producir algún tipo de células sanguíneas como los glóbulos rojos (hematíes o eritrocitos), los glóbulos blancos (leucocitos) y las plaquetas (fragmentos de células), y almacenar sales minerales de calcio y fósforo.

Según su forma se pueden distinguir tres tipos de huesos: los huesos cortos, como las vértebras; los huesos largos, como el fémur; y los huesos planos, como los huesos del cráneo.

Cuando se rompe un hueso se produce lo que se conoce como fractura. Algunas fracturas pueden ser la consecuencia de la osteoporosis, que es una enfermedad provocada por la falta de calcio en los huesos y cuya prevención se basa en realizar ejercicio físico y llevar una dieta equilibrada, con el adecuado aporte de calcio y vitamina D.

Las articulaciones unen unos huesos a otros, permitiéndoles o no el movimiento. Según el tipo de movimiento que permitan, se pueden distinguir distintos tipos de articulaciones: suturas (no permiten movimiento), semimóviles (permiten un cierto grado de movimiento) y móviles (permiten el movimiento); estas últimas están formadas por los ligamentos, los meniscos y el líquido sinovial (que puede escaparse de la articulación, quedando bajo la piel a modo de abultamiento). La artritis, la artrosis y el esguince son alteraciones que afectan a las articulaciones.

El sistema muscular, constituido por músculos, colabora en la locomoción, pero también cumple otras funciones como intervenir en el movimiento de nuestros órganos internos por ejemplo durante la digestión, la respiración o el latido cardiaco.

3.1. Huesos del cuerpo humano.

El cuerpo humano tiene sus huesos distribuidos en tres zonas: cabeza, tronco y extremidades.

3.2. Músculos del cuerpo humano.

Se distinguen distintos tipos de músculos. El músculo esquelético (que es un tipo de músculo estriado) es el que está implicado en la locomoción.

Los músculos están formados por fibras musculares, con capacidad de contraerse o relajarse como respuesta a órdenes del sistema nervioso.

Las distensiones musculares, las contracturas musculares, los calambres y las agujetas son alteraciones que afectan a los músculos. Es aconsejable adoptar unos hábitos de vida saludables en relación con la práctica de ejercicio físico, que ha de ir precedida de ejercicios de estiramientos apropiados, o en relación con los hábitos posturales que hemos de adoptar para prevenir lesiones del sistema muscular.

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