Capítulo 1. La salud y la enfermedad.
La salud
La salud es «un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o invalidez». Así define «salud» la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su carta fundacional.
Factores determinantes de la salud
Los factores biológicos, los factores ambientales, el estilo de vida y los sistemas de asistencia sanitaria son factores determinantes de la salud.
Los factores que determinan la salud son muy variados y se relacionan entre sí. Unos dependen de la persona y otros del medio en el que vive esa persona. En general, los factores determinantes de la salud son modificables y están influenciados por factores sociales.
Los factores determinantes de la salud son básicamente de cuatro tipos: los factores biológicos, los factores ambientales, el estilo de vida y los sistemas de asistencia sanitaria, como se recogen en la siguiente tabla:
Factores biológicos |
Las características genéticas y el envejecimiento. |
Factores ambientales |
La contaminación biológica, la contaminación atmosférica, la contaminación química, la contaminación psico-social y socio-cultural. |
Estilo de vida
Estilo de vida |
Para llevar un estilo de vida saludable, hemos de:
1- Evitar la exposición a factores de riesgo (estrés, prácticas sexuales de riesgo, tabaco, alcohol, drogas, en ocasiones conducción, exposición solar o fármacos).
2- Practicar ejercicio físico.
3- Llevar una dieta equilibrada.
4- Disfrutar de tiempo de ocio y descanso.
5- Cuidar nuestra higiene corporal (lavado de manos, cepillado de la
dentadura, ducha diaria, limpieza nasal).
6- Vigilar la postura.
7- Realizar un uso adecuado de los servicios sanitarios (controles médicos periódicos, orientación y planificación familiar).
8- Controlar diversos factores (el medio laboral, las viviendas, los edificios y los locales de uso público, los animales que nos puedan transmitir enfermedades, la higiene de los alimentos y del agua de consumo, la eliminación de las aguas residuales y de los residuos sólidos). |
Sistemas de asistencia sanitaria |
De calidad, de amplia cobertura y gratuitos. |
En resumen, para gozar de salud, es fundamental llevar un estilo de vida saludable que consiste en evitar la exposición a factores de riesgo como son el estrés, la exposición solar o las prácticas sexuales sin la debida protección y el consumo de tabaco, alcohol o drogas; practicar ejercicio físico, llevar una dieta equilibrada, disfrutar de tiempo de ocio y descanso, cuidar nuestra higiene corporal realizando de manera adecuada el lavado de manos, el cepillado de la dentadura, la ducha diaria o la limpieza nasal; vigilar los hábitos posturales; realizar un uso adecuado de los servicios sanitarios (controles médicos periódicos, orientación y planificación familiar) y controlar diversos factores como son el medio laboral, las viviendas, los edificios y los locales de uso público, los animales que nos puedan transmitir enfermedades, la higiene de los alimentos y del agua de consumo, así como la eliminación de las aguas residuales y de los residuos sólidos.
La enfermedad. Clases de enfermedades
Cuando algo no funciona correctamente, se produce la enfermedad. «La enfermedad es una alteración orgánica o funcional que afecta negativamente al estado de bienestar de una persona».
Las enfermedades se pueden clasificar según su localización, así hablamos de enfermedades óseas cuando se localizan en el hueso, enfermedades cardiacas si afectan al corazón o enfermedades hepáticas si afectan al hígado. Según su historia natural, se habla de enfermedad aguda si tiene un inicio y un fin claramente definidos y generalmente es de corta duración, o de enfermedad crónica si es de larga duración y su fin no puede preverse o incluso puede que no tenga fin. Según su curso progresivo (que aumenta poco o poco su valor o intensidad) o intermitente (que aparece y desaparece) o según otros criterios como son el proceso biológico que se ve afectado o su etiología (es decir la causa de la enfermedad).
Atendiendo a la etiología, se pueden distinguir dos tipos básicos de enfermedades, que son las enfermedades infecciosas (causadas por agentes biológicos que conocemos con el nombre de gérmenes o microorganismos patógenos) y las enfermedades no infecciosas (no provocadas por agentes biológicos).
Comportamientos sociales que favorecen las enfermedades
Algunos comportamientos sociales como el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas o fármacos y los desórdenes alimentarios, favorecen el desarrollo de enfermedades.
El consumo de alcohol, tabaco y otras drogas o fármacos, así como los desórdenes alimentarios son comportamientos sociales que favorecen el desarrollo de enfermedades.
- El consumo de alcohol puede provocar daños en la salud del organismo, afectando por ejemplo al aparato digestivo, al aparato circulatorio o al sistema nervioso.
- El consumo de tabaco es negativo para la salud; sustancias como el alquitrán, la nicotina o el monóxido de carbono son perjudiciales para la salud de la persona fumadora. El consumo de tabaco también puede perjudicar a los «fumadores pasivos».
- El consumo de otras drogas daña gravemente el óptimo estado de bienestar físico, psíquico y social, perjudicando por tanto la salud de las personas. Las drogas causan dependencia psíquica y física, lo que lleva a la persona a tener la necesidad de volver a consumirlas. La dependencia física hace que, si la persona no consume la droga, manifieste el síndrome de abstinencia, caracterizado por sudoración, náuseas, vómitos e intenso malestar general. El consumo habitual de drogas hace que disminuyan de manera gradual sus efectos, lo cual se conoce como tolerancia a la droga, de manera que la persona necesita consumir cada vez mayor cantidad de droga para lograr los mismos efectos, lo cual incrementa aun más el peligro.
- El consumo inadecuado de fármacos puede ser perjudicial para nuestra salud, por ejemplo, el abuso en el consumo de antibióticos puede provocar resistencias bacterianas.
Los desórdenes alimentarios favorecen el desarrollo de enfermedades como son la obesidad, la anorexia, la bulimia o la vigorexia.
Capítulo 2. Las enfermedades infecciosas.
Los microorganismos
Las enfermedades infecciosas están causadas por microorganismos patógenos.
Los microorganismos son seres de tamaño inferior a 0.1 mm, de modo que para observarlos necesitamos la ayuda del microscopio. ¡De ahí lo de micro! Pueden estar formados por una sola célula, por varias e incluso pueden no ser propiamente células como es el caso de los virus.
Existen muchos tipos de microorganismos; algunos de ellos habitan de manera habitual en nuestro cuerpo, incluso nos resultan beneficiosos, como por ejemplo las bacterias que tenemos en el intestino constituyendo la flora intestinal, pero otros, los denominados microorganismos patógenos, son capaces de causarnos enfermedades ¡éstos no son tan beneficiosos para nosotros, y precisamente por ser capaces de causar o propagar enfermedades también se los conoce como gérmenes!
MICROORGANISMO |
ENFERMEDAD INFECCIOSA |
Bacterias |
Tuberculosis, sífilis, cólera, gonorrea, meningitis, neumonía, tifus, tétanos, tos ferina, salmonelosis, botulismo, escarlatina o legionelosis. |
Virus |
Gripe, herpes, hepatitis, varicela, rubeola, paperas, sarampión o SIDA. |
Hongos |
La candidiasis, la tiña. |
Protozoos |
La toxoplasmosis, el paludismo o malaria, la enfermedad del sueño, la disentería amebiana. |
Los microorganismos patógenos, capaces de causarnos enfermedades, pueden ser de distintos tipos; por ejemplo las bacterias, los virus, los hongos y los protozoos son capaces de causarnos enfermedades infecciosas, tal como se recoge en la siguiente tabla, junto con algunos ejemplos de enfermedades provocadas por dichos microorganismos
Transmisión de las enfermedades infecciosas
Las enfermedades infecciosas se transmiten de persona a persona, extendiéndose así la enfermedad, es un modo de contagio.
Cuando el contagio es de tal magnitud que la enfermedad infecciosa traspasa las fronteras de los países y se extiende por todo el mundo, hablamos de pandemia. Recuerda la pandemia de la «gripe española» a principios del siglo XX o la actual pandemia de la COVID-19.
Cuando hablamos de contagio nos referimos a la transmisión o adquisición de una enfermedad por contacto con el germen o microorganismo patógeno que la causa.
La transmisión de las enfermedades infecciosas (E.I.) puede ocurrir de distintas formas, son las vías de transmisión de la enfermedad infecciosa, entre las que se encuentran el contacto directo, el contacto indirecto, la inhalación, la ingestión y los insectos u otros vectores (organismos que transmiten el agente infeccioso, es decir, transmiten el microorganismo patógeno.
Sistemas de defensa
Tenemos barreras para impedir que los microorganismos entren en nuestro cuerpo y provoquen la infección.
Nuestro cuerpo cuenta con unos sistemas de defensa para luchar contra los microorganismos patógenos, evitando que se produzca la infección pese a entrar en contacto con dichos microorganismos.
Cuando un microorganismo llega a nuestro cuerpo se encuentra con una primera línea de defensa o barrera constituida por la piel y las mucosas, que tratan de impedir la entrada del microorganismo patógeno en el cuerpo.
Puede ocurrir que el microorganismo patógeno logre entrar en nuestro cuerpo, de modo que éste ha de defenderse poniendo en marcha la segunda línea de defensa en la que actúan los linfocitos (que producen anticuerpos frente a microorganismos patógenos) y otros leucocitos (que destruyen microorganismos patógenos «engulléndolos»).
Una infección puede iniciarse en una parte del cuerpo y de ahí diseminarse (extenderse) por todo el organismo.
Fases de las enfermedades infecciosas
Las enfermedades infecciosas se desarrollan en tres fases: incubación, enfermedad y convalecencia. Cuando contraemos una enfermedad infecciosa pasamos por tres fases:
- La fase de incubación, es el intervalo de tiempo que transcurre entre el momento en que el cuerpo entra en contacto con el microorganismo patógeno y el momento en que comienzan a manifestarse los primeros síntomas de la enfermedad.
- La fase de enfermedad manifiesta, en que aparecen y se manifiestan los síntomas de la enfermedad.
- La fase de convalecencia, tras desaparecer el microorganismo patógeno, es el periodo de tiempo en que nuestro cuerpo está recuperando su estado de salud.
La lucha contra las enfermedades infecciosas. El Sistema Inmunitario
El Sistema Inmunitario, las vacunas, los sueros, los fármacos y los medicamentos nos ayudan a luchar contra las enfermedades infecciosas. El Sistema Inmunitario (sistema inmune o sistema inmunológico) es un sistema de defensa que tiene nuestro cuerpo para luchar contra los microorganismos patógenos y otros organismos invasores que nos puedan causar enfermedades.
En el sistema inmunitario intervienen células como los linfocitos, que fabrican anticuerpos para atacar a los microorganismos patógenos.
Además de los linfocitos, otros tipos de leucocitos se encargan de intervenir en la defensa del organismo, realizando la fagocitosis del microorganismo patógeno, es decir, eliminan el microorganismo patógeno «engulléndolo».
Tras entrar en contacto con el microorganismo patógeno, el cuerpo desarrolla una protección frente a la enfermedad, es la inmunidad.
«Los niños, por lo general, contraen más infecciones que los adultos (pensemos en los frecuentes catarros de los niños en edad escolar), es porque los adultos ya han estado expuestos a mayor número de gérmenes a lo largo de su vida, con lo que están más inmunizados».
La inmunidad puede ser innata (ya nacemos con ella, es por lo que determinadas enfermedades que padecen algunos animales no nos afectan a los humanos) o adquirida de manera natural o artificial.
Nuestro sistema inmunitario nos ayuda a desarrollar la inmunidad natural.
Cuando el sistema de defensa del cuerpo está en perfectas condiciones, es capaz de luchar contra los microorganismos patógenos y prevenir la infección, pero puede ocurrir que por distintas razones, disminuyan las defensas contra la infección, en este caso el organismo se dice que se encuentra inmunodeprimido; entre esas razones se encuentran algunos tratamientos contra el cáncer, los tratamientos inmunosupresores aplicados a las personas que van a recibir un trasplante (para evitar que se produzca el rechazo) o el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), que causa la enfermedad conocida como SIDA (síndrome de la inmunodeficiencia humana adquirida), por todas estas razones, disminuyen las defensas de nuestro organismo, siendo más probable que contraigamos alguna enfermedad infecciosa, sobre todo provocada por microorganismos oportunistas (aquellos capaces de provocarnos la enfermedad si nuestro sistema inmunológico se encuentra debilitado).
Pero puede ocurrir que el sistema inmunitario se encuentre hiperactivo, es el caso de las alergias y las enfermedades autoinmunes.
La lucha contra las enfermedades infecciosas. Las vacunas y los sueros
Las vacunas y los sueros nos ayudan a desarrollar la inmunidad artificial.
Las vacunas producen una inmunidad artificial activa, porque provocan la producción de anticuerpos por parte de nuestro organismo, mientras que los sueros producen la inmunidad artificial pasiva, porque contienen los anticuerpos.
Las vacunas son preparados de antígenos procedentes de microorganismos patógenos, que se administran a las personas con el fin de inmunizarlas frente a enfermedades infecciosas, causadas por dichos microorganismos patógenos, ya que es el sistema inmunitario de la propia persona vacunada el que ha de fabricar los anticuerpos frente a los antígenos del microorganismo que contiene la vacuna.
Antes de utilizar una vacuna, su investigación y elaboración pasa por una serie de fases:
- Fase preclínica: Es la primera etapa en el desarrollo de una vacuna. Los científicos la administran a animales como ratones o monos, para ver si produce una respuesta inmune. Hay más de un centenar de vacunas en esta primera etapa de investigación y desarrollo.
- Fase 1: Pruebas seguras: los científicos comienzan a probar la vacuna en grupos pequeños de seres humanos, con el objetivo de evaluar su seguridad y el tamaño de la dosis, y comprobar si la misma estimula el sistema inmune. Hay 19 vacunas actualmente en esta fase de desarrollo.
- Fase 2: Pruebas extendidas: los científicos analizan la vacuna en cientos de personas divididas en grupos, como niños y ancianos, con el objetivo de analizar si los afecta de forma diferente. Además, avanzan aún más en el corroborar su seguridad y la capacidad de estimulación de la vacuna al sistema inmunitario.
- Fase 3: Pruebas de eficacia: las vacunas que superaron con éxito las fases anteriores son administradas a miles de personas para corroborar cuántas de ellas se infectan y comparar ese número con otro grupo que sólo recibe placebos. Estos ensayos pueden determinar si la vacuna protege realmente contra una enfermedad. Es la etapa final antes de su aprobación y su autorización por las autoridades sanitarias.
Por ejemplo, para la elaboración de una vacuna para la COVID-19, se están siguiendo los siguientes pasos:
Los sueros son preparados biológicos que nos ayudan a desarrollar la inmunidad artificial pasiva, porque los sueros ya contienen los anticuerpos que permitirán a nuestro cuerpo luchar contra determinados microorganismos patógenos.
La lucha contra las enfermedades infecciosas. Los fármacos y los medicamentos
Los fármacos y los medicamentos nos ayudan a combatir enfermedades, como las enfermedades infecciosas, causadas por microorganismos patógenos.
Los antibióticos y las sulfamidas atacan a las bacterias, por lo que se utilizan en el tratamiento de enfermedades infecciosas bacterianas. Los antibióticos atacan a las bacterias pero no a los virus. Por esta razón, nuestros médicos y médicas no nos prescriben antibióticos cuando enfermamos de gripe, ya que está provocada por virus.
Los antivirales se utilizan en terapias para luchar contra los virus causantes de enfermedades infecciosas virales.
Los antimicóticos y los fungicidas se utilizan en la lucha contra hongos causantes de enfermedades infecciosas e infestaciones de origen fúngico.
Los antiprotozoarios se emplean para eliminar protozoos patógenos.
La COVID-19.
A finales de 2019 apareció esta enfermedad en la ciudad de Wuhan (China). es una enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2.1011.
Produce síntomas similares a los de la gripe o catarro, entre los que se incluyen fiebre, tos, disnea, mialgia y fatiga. En casos graves se caracteriza por producir neumonía, síndrome de dificultad respiratoria aguda, sepsis y choque séptico que conduce a cerca de 3,75 % de los infectados a la muerte según la OMS. No existe tratamiento específico; las medidas terapéuticas principales consisten en aliviar los síntomas y mantener las funciones vitales.
La transmisión del SARS-CoV-2 se produce mediante pequeñas gotas —microgotas de Flügge— que se emiten al hablar, estornudar, toser o espirar, que al ser despedidas por un portador (que puede no tener síntomas de la enfermedad o estar incubándola) pasan directamente a otra persona mediante la inhalación, o quedan sobre los objetos y superficies que rodean al emisor, y luego, a través de las manos, que lo recogen del ambiente contaminado, toman contacto con las membranas mucosas orales, nasales y oculares, al tocarse la boca, la nariz o los ojos.
Los síntomas aparecen entre dos y catorce días, con un promedio de cinco días, después de la exposición al virus. Existe evidencia limitada que sugiere que el virus podría transmitirse uno o dos días antes de que se tengan síntomas, ya que la viremia alcanza un pico al final del período de incubación. El contagio se puede prevenir con el lavado de manos frecuente, o en su defecto la desinfección de las mismas con alcohol en gel, cubriendo la boca al toser o estornudar, ya sea con la sangradura (parte hundida del brazo opuesta al codo) o con un pañuelo y evitando el contacto cercano con otras personas, entre otras medidas profilácticas, como el uso de mascarillas.
Capítulo 3. Organización general y funcionamiento del cuerpo humano.
Organización general del cuerpo humano
Células > tejidos > órganos > aparatos o sistemas > individuo: Son niveles de organización del ser humano.
Nuestro cuerpo está formado por aparatos o sistemas, piensa en el aparato digestivo o en el sistema nervioso. A su vez, los aparatos o sistemas están formados por órganos, como el estómago, que es un órgano del aparato digestivo o el cerebro que es un órgano del sistema nervioso. Los órganos están formados por tejidos, piensa en el tejido epitelial que tapiza las paredes del estómago o el tejido nervioso que forma parte del cerebro. Los tejidos por su parte, están formados por células, piensa ahora en los enterocitos que son células epiteliales del tejido epitelial que tapiza las paredes del estómago, o las neuronas, que son células nerviosas del tejido nervioso que forma, por ejemplo, nuestro cerebro.
La citología estudia las células, la histología estudia los tejidos, y por último la anatomía y la fisiología estudian respectivamente la forma y el funcionamiento de las células, los tejidos, los órganos, los aparatos y los sistemas.
La célula.
La célula es la unidad estructural y funcional de todos los seres vivos. Es la parte del ser vivo (o incluso el ser vivo si es unicelular) que realiza las tres funciones vitales de los seres vivos: nutrición, relación y reproducción.
Aunque existen seres vivos unicelulares, la mayoría son pluricelulares. Como las células son muy pequeñas, no se pudieron observar ni estudiar hasta que las técnicas de observación lo permitieron con inventos como el microscopio.
En todas las células se distinguen estas tres estructuras básicas:
- La membrana plasmática es una capa de lípidos y proteínas que envuelve a la célula. Se encarga de regular el paso de sustancias entre el exterior y el interior de la célula.
- El citoplasma es la parte de la célula que está rodeada por la membrana. Está formado por un medio acuoso (citosol) en el que flotan los orgánulos celulares. Los orgánulos son estructuras encargadas de llevar a cabo diversas funciones.
- El material genético (ADN) es sustancia que contiene la información hereditaria y controla el funcionamiento de la célula.
La teoría celular se basa en los siguientes postulados:
- La célula es la unidad estructural, funcional y genética de los seres vivos.
- Todos los seres vivos están formados por una o más de una célula.
- La célula es la unidad funcional de los seres vivos. Es la unidad mínima de un ser vivo que puede llevar a cabo las funciones vitales básicas: nutrición, relación y reproducción.
- Toda célula proviene de otra célula anterior.
- Toda célula tiene ADN con las características específicas del ser vivo y se transmiten a sus descendientes.
Desde el punto de vista estructural, las células pueden dividirse en:
- Células procariotas: No tienen núcleo. El ADN no está dentro de un núcleo, separado del resto de la célula, sino que está disperso en el citoplasma, en una zona llamada nucleoide.
- Células eucariotas: Tienen núcleo. El ADN está separado del resto del citoplasma por una membrana nuclear.
La célula es la unidad funcional de los seres vivos porque en ella se realizan las funciones vitales de los seres vivos: nutrición, relación y reproducción.
En la célula ocurren multitud de reacciones químicas en su interior, el llamado metabolismo celular, que le permite mantenerse viva y adaptarse al medio.
Algunas células, como las vegetales, tienen nutrición autótrofa y son capaces de fabricar su propia materia orgánica (en los cloroplastos) y de oxidarla para obtener energía (en las mitocondrias). Otras, como las animales, tienen nutrición heterótrofa, y necesitan incorporar la materia orgánica ya elaborada por otros organismos.
Las funciones vitales
El ser humano, como ser vivo, puede realizar las tres funciones vitales: nutrición, reproducción y relación.
En la siguiente tabla se muestran los distintos órganos, aparatos y sistemas que intervienen en las tres funciones vitales.
NUTRICIÓN |
REPRODUCCIÓN |
RELACIÓN |
Permite aportar a las células los nutrientes y el oxígeno y eliminar los productos de desecho. |
Permite originar nuevos individuos. |
Permite captar y responder a los estímulos. |
• APARATO DIGESTIVO
Se encarga de transformar los alimentos ingeridos en molé-culas más pequeñas llamadas nutrientes, que puedan llegar a las células. |
· APARATO REPRODUC-TOR MASCULINO
Se encarga de producir espermatozoides. |
• ÓRGANOS DE LOS SENTIDOS
Se encargan de recoger la información.
• SISTEMA NERVIOSO
Se encarga de analizar la información recogida por los órganos de los sentidos y elaborar una respuesta, de modo que, coordina y regula todas las actividades del organismo.
• SISTEMA ENDOCRINO
Se encarga de colaborar con el sistema nervioso en la coordinación y regulación de todas las actividades de nuestro organismo. |
• AP. RESPIRATORIO
Se encarga de captar el oxígeno del exterior (que necesitan las células) y de eliminar el CO2 (producido por las células).
• AP. CIRCULATORIO
Se encarga de transportar:
1- Los nutrientes (desde el aparato digestivo) y el oxígeno (desde el aparato respiratorio) hasta las células.
2- Las sustancias de desecho desde las células hasta el aparato respiratorio (dióxido de carbono) y hasta el aparato excretor (sales minerales, agua y productos nitrogenados)
• APARATO EXCRETOR
Se encarga de eliminar del organismo las sustancias de desecho producidas como consecuencia de la actividad metabólica de las células. |
• APARATO REPRODUC-TOR FEMENINO
Se encarga de producir óvulos.
NOTA: Los óvulos son los gametos femeninos (forma-dos en los ovarios de la mujer que son las gónadas femeninas). Los espermato-zoides son los gametos masculinos (formados en los testículos del hombre que son las gónadas mas-culinas). Han de unirse un espermatozoide y un óvulo, en lo que se conoce como fecunda-ción, para dar lugar finalmente a un nuevo individuo. |
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Capítulo 4. El trasplante y la donación de células, sangre y órganos.
El trasplante es un tratamiento médico que permite reemplazar órganos, tejidos o células enfermos o deteriorados de una persona, para mejorar su calidad de vida o incluso para salvarle la vida.
El individuo que aporta las células, la sangre, los tejidos o los órganos para el trasplante es el donante, mientras que el individuo que recibe las células, la sangre, los tejidos o los órganos en el trasplante es el receptor.
Cuando el donante y el receptor tienen distinta constitución genética, el receptor puede presentar problemas de rechazo, debido a la falta de compatibilidad con su donante. Se pueden dar distintos tipos de trasplante, dependiendo del donante y el receptor, tal como se recoge en la siguiente esquema:
La transfusión de sangre se puede considerar como un trasplante, que se realiza a personas que se someten a una intervención quirúrgica, como puede ser un trasplante de médula ósea u órganos, también se realiza la transfusión de sangre a personas que sufren accidentes de tráfico o laborales, que padecen leucemias u otros tipos de cáncer o enfermedades graves causantes de anemias. Las personas sanas que gocen de buena salud pueden ser donantes de sangre.
Trasplante y rechazo
Podemos impedir que el sistema inmunitario actúe, para que el trasplante no sea rechazado.
La persona que va a recibir un trasplante (el receptor), por lo general, antes de ser trasplantada, es sometida a un tratamiento inmunosupresor, que hace disminuir sus defensas, con el fin de que su sistema inmunológico no rechace las células, los tejidos o los órganos trasplantados. Incluso en algunos casos, la persona trasplantada ha de continuar con el tratamiento inmunosupresor tras el trasplante, para evitar el rechazo.
Inconvenientes de los trasplantes
El trasplante presenta algunos inconvenientes. La escasez de células, tejidos y órganos donados, los rechazos, el elevado coste de algunos trasplantes, las complicaciones del postoperatorio o los problemas éticos son algunos de los inconvenientes que pueden presentar los trasplantes.
Los avances de las Ciencias Biomédicas: Las células madre y su trasplante
Los trasplantes y las donaciones de células, sangre, tejidos u órganos, y en general los avances de las ciencias biomédicas son beneficiosos para la Humanidad.
Gracias a los avances de las ciencias biomédicas, es posible en la actualidad el tratamiento y la curación de muchas enfermedades, lo que permite aumentar la calidad de vida y la prolongación de ésta, es decir, permite aumentar la esperanza de vida de las personas.
Los trasplantes de células, tejidos y órganos son una realidad y una práctica quirúrgica que salva muchas vidas humanas en la actualidad. Tal es el caso del trasplante de células madre.
Las células madre o stem cell son células con capacidad de dividirse indefinidamente y de diferenciarse hacia cualquier tipo de células especializadas. Se trasplantan para tratar enfermedades como Alzheimer, leucemias, linfomas o el cáncer de médula ósea. Las células madre se encuentran en distintos tejidos de nuestro cuerpo y son más abundantes en la médula ósea; cuando se extraen células madre de la médula ósea (con el fin de trasplantarlas, por ejemplo a otro lugar del cuerpo, para regenerar tejidos dañados), hablamos de trasplante de médula ósea.
Los avances de las Ciencias Biomédicas: Cultivo y clonación de células, tejidos y órganos
El cultivo de células, tejidos y órganos permite evitar la escasez de éstos para el trasplante, lo cual evita a su vez, uno de los inconvenientes del trasplante, como es la falta de abastecimiento de células, tejidos y órganos para trasplantar y constituye un gran avance de las ciencias biomédicas.
Esto se está haciendo en el Centro Comunitario de Transfusiones del Principado de Asturias, que es responsable de un banco de sangre y tejidos de Asturias, donde se cultiva por ejemplo piel para trasplantar a pacientes con quemaduras graves, o a pacientes a los que se han extirpado grandes lunares, o a pacientes con úlceras vasculares muy resistentes a la curación.
La clonación de células, órganos y tejidos puede ser entendida como la fabricación de un clon, es decir, una copia o réplica exacta de dichas células, órganos o tejidos, de los que se parte. Esta técnica supone un avance de las ciencias biomédicas, ya que dichas células, órganos o tejidos pueden ser empleados en trasplantes heterólogos, evitando el rechazo o autólogos; en ambos casos, la utilización de esas células, órganos o tejidos clonados evita uno de los problemas actuales de los trasplantes: la falta de abastecimiento debida a la escasez de donantes, ya que mediante la técnica de clonación, a partir de un donante se pueden fabricar numerosas copias de las células, los órganos o los tejidos a trasplantar.