El poeta falleció a los treinta y uno hace ahora setenta y cinco. Al bueno de Miguel le dedican un sello y han propuesto su nombre para bautizar un asteroide (los planetas buenos ya estaban cogidos). No vamos a contar nada que no esté recogido con profusión en la red. Apuntaremos únicamente que en su cortísima existencia vivió en carne propia las contradicciones y los dramas de nuestra historia reciente (la de España), y su obra es un canto al amor y a la belleza, la expresión de un sentimiento puro que expresa desgarradoramente el dolor de un alma libre y sencilla, prematuramente herida por el rayo. O por lo menos esto nos sugiere a nosotros, que para estas cosas somos muy sensibles… Aunque nos hiere aún más que lo confundan y lo retuerzan la pandilla de mastuerzos que pretenden vindicarlo y que nunca lo han leído. En fin. No vamos a recomendar que leáis una antología completa, pero quizá un poemilla o dos… escuchar una cancioncita, al menos… (los diminutivos son el único recurso del que disponemos para tratar de convencer al lector ilustrado). Esto que sigue es el único registro sonoro (creo) de Miguel Hernández, recitando la canción del esposo soldado, grabada en París, en plena Guerra Civil (No. Esa no. La del 36…).

http://www.youtube.com/watch?v=5tIr1Inh37E