Continuación de la conversación que mantuvimos con Carlos Busqued, autor de Bajo este sol tremendo. Que aproveche.

-Aquí, en España, los autores de moda se lucen muy engolados y se inventan palabras ¿Qué opina usted de los que se les queda corto el diccionario?

Detesto a (y me aburro con) las personas pretenciosas.

-Si le propusieran participar en la redacción de un libro de autoayuda dirigido a personas desbordadas por su arrollador éxito personal, social y profesional ¿Qué nos diría?

Ha ha, diría que agarro la plata por el encargo, pero que para ser sincero no tengo idea del tema.

-En los últimos tiempos llevamos leyendo novelas que indagan profundamente en la psicología de lo personajes y todo eso, pero que al final no nos cuenta casi nada… ¿Se está perdiendo la facultad de contar historias o es que un relato bien fundamentado no está al alcance de todo el mundo (que escribe)?

Lo que pasa es que mucha gente no quiere contar historias, sino hablar sobre sí mismos, sus reflexiones personales, sus concepciones de tal o cual cosa. Por eso hay tantos libros soporíferos y tantos autores tan contentos consigo mismos.

-Está de moda el relato breve, dicen que por aquello de que la gente no tiene mucho tiempo ni de leer ni de escribir… ¿Cuántas palabras le hacen falta a usted para contar una historia?

No sé, según el caso. Pero siempre el mínimo necesario. No quedarse corto, pero nunca aburrir.

-Por último… Ese lenguaje de ustedes, ese español tan castizo y tan musical que usted, por ejemplo, recrea en su obras… ¿Es una creación literaria o realmente ustedes se expresan de ordinario con tal cantidad de matices, con esa desbordante expresividad?

Supongo que la respuesta está a medio camino. El criterio fue que los diálogos sonaran reales. No sabía cómo escribir diálogos, y aprendí a hacerlo desgrabando charlas. Yo frecuentaba un bar con gente bastante destruida, y grababa las charlas que se daban. Y el ejercicio que hice fue la desgrabación textual de las charlas, la transcripción de los diálogos y ver como funcionaba ese pasaje.

Algunas de esas charlas están en el reproductor de audio que hay en mi blog. Les mando un enlace a un episodio que está en el sitio original de podomatic En este caso, el que habla es un amigo del que tomé mucho de la manera de hablar que finalmente tuvo Duarte (ciertos giros y ritmo de fraseo).

Van a notar que el tono no es el de un porteño, sino que es una tonada bien cordobesa. La anécdota que cuenta acá es una vez que vino borracho y drogado a su edificio y trató de entrar a un departamento dos pisos arriba creyendo que era el suyo y lo llevaron preso. Algunas aclaraciones idiomáticas:
cana: policíacárcel ; choro: ladrón.