Símbolos de Asturias

El escudo del Principado de Asturias es rectangular, cuadrilongo y con los extremos del lado inferior redondeados y una punta o ángulo saliente en el centro de dicho lado, con la proporción de seis de alto por cinco de ancho y trae sobre campo de azur o azul la Cruz de la Victoria, de oro, guarnecida de piedras preciosas de su natural color, y las letras alpha mayúscula y omega minúscula, también de oro, pendientes de sus brazos diestro y siniestro, respectivamente; y en sendas líneas, con letras de oro.

La letras griegas alfa mayúscula y omega minúscula, que significan el principio y el fin (la infinita extensión de Dios). La letra omega es minúscula y no mayúscula, porque así se encuentra en las ilustraciones más antiguas que se conocen, como las pinturas de San Julián de los Prados.

La leyenda «HOC SIGNO TVETVR PIVS – HOC SIGNO VINCITVR INIMICVS» (Con este emblema se defiende al piadoso – Con este emblema se vence al enemigo) la primera al flanco diestro y la segunda al flanco siniestro.

El escudo del Principado de Asturias debe figurar por ley en:

  • Los documentos, impresos, sellos y membretes de uso oficial de la Comunidad Autónoma
  • Las publicaciones oficiales del Principado de Asturias
  • Los distintivos oficiales usados por las autoridades de la Comunidad Autónoma a quienes corresponda
  • Los títulos acreditativos de las condecoraciones
  • Los diplomas o títulos de cualquier clase expedidos por autoridades de la Comunidad Autónoma
  • Los edificios y establecimientos de la Administración Autónoma asturiana

La cruz de la Victoria fue donada a la Catedral de San Salvador de Oviedo por el rey Alfonso III el Magno y por su esposa, la reina Jimena de Asturias, en el año 908, según consta en una inscripción colocada en el reverso de la cruz. Según refiere la tradición, la cruz de madera que se encuentra en el interior de la cruz de la Victoria fue la que el rey don Pelayo enarboló en la batalla de Covadonga, librada en el año 722

El origen de la letra está en Cuba. Argumenta que Ignacio Piñeiro, músico cubano, hizo la letra de una canción para homenajear a su padre que era asturiano y había vuelto a Asturias para morir en 1926. La canción de Ignacio Piñeiro es un son cubano en el que se puede apreciar la escasa coincidencia con la letra del Asturias, patria querida.Otras teorías apuntan a la relación entre la melodía y la armonía del Asturias, patria querida con otras canciones polacas. Por otra parte, la melodía alcanzó una notable popularidad en Polonia, adonde llegó de manos de unos soldados polacos que habían luchado en Asturias durante los años 30, llegando a ser grabada por varios artistas en la misma Polonia. Ello provocó que el propio papa Juan Pablo II, nacido en Polonia en 1920, la recordase de su infancia al escucharla en su visita a Asturias. Ya como himno asturiano, oficial desde 1984, se emplea en los actos solemnes de la Junta General y del Gobierno del Principado de Asturias, así como final de muchos actos de carácter cultural, musical, festivo, etc. 

El origen de la letra está en Cuba. Argumenta que Ignacio Piñeiro, músico cubano, hizo la letra de una canción para homenajear a su padre que era asturiano y había vuelto a Asturias para morir en 1926.

También defiende que la melodía fue adaptada de otra que cantaban mineros silesianos que fueron a trabajar a las minas de las cuencas mineras del Caudal y de Mieres a principios del siglo XX.

Otras teorías apuntan a la relación entre la melodía y la armonía del Asturias, patria querida con otras canciones polacas. Por otra parte, la melodía alcanzó una notable popularidad en Polonia, adonde llegó de manos de unos soldados polacos que habían luchado en Asturias durante los años 30.Ello provocó que el propio papa Juan Pablo II, nacido en Polonia en 1920, la recordase de su infancia al escucharla en su visita a Asturias.4

 

Español
Asturias, patria querida,
Asturias de mis amores;
¡quién estuviera en Asturias
en todas las ocasiones!
Tengo de subir al árbol,
tengo de coger la flor,
y dársela a mi morena
que la ponga en el balcón,
Que la ponga en el balcón,
que la deje de poner,
tengo de subir al árbol
y la flor he de coger.
Asturiano
Asturies, patria querida,
Asturies de mios amores;
¡Ai!, ¡quién tuviera n’Asturies
en toes les ocasiones!
Tengo de subir al árbol,
tengo de coyer la flor,
y dá-yla a la mió morena
que la ponga nel balcón,
Que la ponga nel balcón,
que la dexe de poner,
tengo de subir al árbol
y la flor tengo coyer.

 



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