Oficio: azabachero

 

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En general, la demanda de objetos de azabache siempre se ha dividido en cuatro grupos:

  1. Objetos sacros y religiosos, ya demandados  como recuerdos por los primeros peregrinos. Normalmente de talla sencilla y de pequeño tamaño, tales como conchas o vieiras, cruces, rosarios, imágenes de Santiago, etc.
  2. Objetos litúrgicos, hechos para el ámbito eclesiástico. Muchas veces, grandes obras de orfebrería y tallas mayor calidad y tamaño: custodias, cruces pectorales, cálices, báculos pastorales, etc.
  3. Objetos ornamentales, de carácter puramente estético. Se relaciona con la joyería más actual, aunque siempre ha existido en mayor o menor medida: pulseras, broches, anillos, collares, colgantes, etc.
  4. Objetos profanos y místicos, amuletos y talismanes. Higas o figas, cuernos, ciguas, representaciones de animales como elefantes y tortugas, etc.

El azabache no se deteriora fácilmente. No le afecta ni los perfumes, ni los ácidos, la lejía u otro tipo de detergente o producto abrasivo. Es, por lo tanto, de muy fácil conservación. Para su limpieza y cuidado, es recomendable pasarle una gamuza o limpiarlo simplemente con agua templada y jabón neutro. Así mismo, el uso continuado y habitual de las piezas de azabache, es totalmente recomendable, adquiriendo mayor brillo con el roce de la piel y la ropa.

 


EL AZABACHE EN ASTURIAS:

PROPIEDADES AZABACHE
DUREZA: 3 – 4 
DENSIDAD: 1,2 – 1,3
RAYA: Pardo oscuro
COLOR: Negro brillante
BRILLO: Vítreo
EXFOLIACIÓN- FRACTURA: Concoidea

El azabache jurásico asturiano procede de árboles que poblaron la zona hace más de 60 millones de años, según recientes estudios de la Universidad de Oviedo. Se trata de un azabache de excelente calidad, que debe distinguirse de azabaches de diferentes orígenes.
Arqueología e Historia: Utilizado desde la Prehistoria, el azabache ha sido muy apreciado por distintos pueblos (egipcios, romanos, vikingos…) que lo utilizaban para realizar joyas y otros objetos.
En Asturias encontramos uno de los primeros restos, unas cuentas de un collar de hace unos 19.000 años. Con el paso del tiempo siguió siendo un material muy valorado en la región, como prueban numerosos yacimientos arqueológicos, entre los que destacan los de Villaviciosa y Oviedo. [más información aquí]
El azabache en la cultura popular asturiana: Con este material se ha realizado buena parte de la joyería popular de todo el noroeste español, destacando también las tallas realizadas en azabache. Estrechamente vinculado al Camino de Santiago, los peregrinos lo utilizaban como amuleto y recuerdo. Este carácter protector lo encontramos también en la Figa, Cigua o Higa, una de las representaciones más conocidas del azabache en Asturias, utilizado como amuleto contra el mal de ojo, debido a las propiedades mágicas que en la cultura popular se le atribuyen. [más información aquí]

Azabache hoy: presente y futuro del azabache asturiano: Actualmente es trabajado por azabacheros y joyeros como materia prima para tallas, pequeñas esculturas y todo tipo de joyas. El cierre de la mina hace ya varios años dificulta el acceso al azabache asturiano, que solo se encuentra en pequeñas cantidades, facilitando la entrada de azabaches foráneos. Esta situación pone en peligro la continuidad de este oficio y del rico patrimonio cultural que supone para Asturias. Por ello desde la Asociación Acebache llevamos casi 20 años apostando por la apertura de la mina, la creación de espacios de difusión y promoción o la creación de una Denominación de Origen que proteja el azabache jurásico asturiano.

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«El principal obstáculo que tenemos es abastecernos de azabache de Asturias porque las minas están cerradas», explica Candela Sánchez, socia de la Asociación para el Desarrollo de la Tradición Azabachera (Acebache) y que tiene el taller Zarcillo en Bimenes con su marido José Julio Martínez.

En Asturias, existen dos asociaciones azabacheras a las que, además, de artesanos, se suman simpatizantes que quieren que se mantenga el azabache como algo representativo de Asturias. Desde que Tomás Oval falleció en 2008, las únicas maneras de abastecerse de azabache asturiano es haberlo hecho con anterioridad y, a estas alturas, tendría que haber sido en grandes cantidades u obtenerlo de escombreras, que suelen ser trozos muy pequeños y en su momento desestimados por los antiguos mineros.

Ocasionalmente, si fallece algún artesano, se reparte el material que no llegó a utilizar. «Azabache hay muchísimo, pero las minas están cerradas y se necesita un empresario minero que se decida a hacer la explotación y extraerlo. El último minero nos abastecía a todos», explica Sánchez. Los intentos de reabrir las viejas minas situadas en la Marina de Villaviciosa (por ejemplo, la antigua mina de Les Caves en Oles) no llegaron a fructificar. «El azabache de Asturias, a nivel nacional e internacional, se valora muchísimo», insiste.

Explica, además, que son bastantes los asturianos que desconocen que el azabache de esta tierra es el mejor y que, por ello, tiene un gran valor incluso en el extranjero. «El producto, de reabrirse las minas, estaría vendido. Cada vez hay menos azabache y se crean muchos problemas entre los azabacheros. Somos varios los talleres con esta problemática, pero no vamos a trabajar con otros azabaches aunque hagamos piezas como la cabeza de un alfiler», indica Sánchez, que pone como ejemplo del valor del azabache asturiano el hecho de que, en las ferias de artesanía que se celebran en otras comunidades autónomas, suele ser difícil que entren joyeros que no pertenezcan a la misma región: «Hay muchos joyeros y es relativamente difícil saltar a otra comunidad. Sin embargo, con el azabache asturiano se nos permite que ese acceso sea algo más fácil. Si hay una plaza libre lo van a tener en cuenta».

Los trozos de azabache que aún quedan en los talleres de joyería asturianos, al menos en aquellos que no se abastecieron hace años en grandes cantidades, son muy pequeños.   «El trozo en bruto hay que sanearlo y no todo vale, porque algunos se abren y otros tienen mucha pirita. Ya no se ve el cabujón de azabache perfecto… Pero seguiremos trabajando con el de Asturias aunque sean trozos mínimos porque la gente lo aprecia mucho», explica Candelas Sánchez

La zona de Villaviciosa

Si este ser “mágico” es reclamo en los folletos turísticos, no cuesta entender que a otro recurso de la zona también se le atribuyan propiedades místicas. Nos referimos al azabache asturiano, considerado uno de los mejores del mundo por sus características gemológicas. Pero, ¿qué es el azabache? La considerada “piedra mágica de Asturias” es un árbol ya extinto (en efecto, es madera), que fosilizó en la época Jurásica bajo unas condiciones muy especiales. “Es un material único, difícil de conseguir, muy escaso, y cuyos yacimientos se encuentran en la zona jurásica de Villaviciosa. El de aquí junto a los de Whitby, Inglaterra, son considerados los mejores del mundo”, cuentan en turismo, que promociona entre sus diferentes rutas, la del azabache, en Villaviciosa.

Noticias relacionadas: Tomás Noval, el último minero del azabache

Tomás Noval, vecino de Oles, empleó toda su vida en la extracción de este material tan escaso y era una de las personas de Asturias que más sabía. Su carrera como minero de azabache comenzó en 1938. De ese año data su licencia para trabajar en las escombreras de la zona. Desde entonces, y con el paso del tiempo, se convertiría en el proveedor más importante del mineral para los artesanos de la zona.

Su trabajo no sólo consistió en extraer el preciado mineral de las minas sino también en coleccionar y recopilar todo tipo de objetos relacionados con este material, como instrumentos antiguos de las minas, rocas de todo tipo, fósiles o monedas, así como numerosas figuras talladas en azabache.

Su relación con el azabache le vino de familia. Su padre, Bartolomé Noval, también se dedicó a la extracción del azabache, y la familia conoció el esplendor de la explotación de este mineral en la primera mitad del siglo pasado, cuando se comercializaba con Inglaterra. Tomás Noval recibió en vida numerosos reconocimientos. El último fue el nombramiento como «Escabecheru de oro», concedido por el Mercáu Astur de Ceceda.

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