Silvia Quesada

Silvia Quesada, cantante asturiana
Silvia Quesada

Silvia Quesada pasó de ser la voz del folk astur para adentrarse en las lindes del pop y la música de autor. Con su segundo disco, Prefiero ver llover, la cantante asturiana ha confirmado que el éxito de su primer trabajo no fue fruto de la casualidad. Y anuncia que pronto llegarán nuevos temas.

Su carrera musical se inició con la gaita y la flauta travesera. Era buena con los instrumentos de viento, y con el tiempo descubriría que también lo era con su instrumento más íntimo: sus cuerdas vocales. En 2015 lo supo toda Asturias, tras recibir el premio AMAS a la Mejor voz tradicional asturiana. El suyo es un sonido dulce que acaricia el alma y puede restañar heridas. Un sonido con raíces firmes en la cultura asturiana y letras del compositor Alfredo González.

-¿Provienes de una familia con tradición en la música?
-Sí, mi padre es un melómano tremendo, tiene una colección de vinilos enorme en casa y mi abuelo cantaba tonada muy bien. Lo hacía en el entorno familiar y con los amigos, nunca se dedicó a ello profesionalmente. Creo que de ahí me puede venir algo. Yo empecé tocando la gaita, nunca pensé que me acabaría inclinando por cantar, pero sí es verdad que desde pequeña en casa cantaba constantemente todo tipo de canciones.

“Empecé tocando la gaita, nunca pensé que me acabaría inclinando por cantar, pero sí es verdad que desde pequeña en casa cantaba constantemente todo tipo de canciones”

-¿Cómo fue la transición de tocar instrumentos a convertirte en voz solista?
-Fue un poco casual. Yo estaba en la Escuela de Música de Tineo y una chica que estaba en música tradicional me preguntó si me animaba a participar del grupo Muyeres. Luego, en sesiones de música folk en Ca Beleño o L’Esperteyu, sacábamos las panderetas y nos poníamos a cantar; un día me llamó Guillo, el que llevaba el grupo Los Gatos del Fornu, para cantar con ellos. Un mes más tarde también me llamaron para cantar con Blima, luego seguí con Tejedor y hasta que ya di el paso en solitario.

-¿Este fue el paso más arriesgado?
-Sí, porque yo me considero una persona muy tímida. En el escenario con Tejedor era una más, aunque es verdad que la atención recae mucho en la persona que canta. Ahora me siento a la vez cómoda e incómoda, me gusta estar en el centro transmitiendo cómo yo veo la música.

-¿Cómo le explicarías a alguien de fuera por qué cantas en asturiano?
-Estoy segura que al cantar en asturiano llego a mucha menos gente, y no me refiero solo a gente de fuera de Asturias con la que por supuesto hay una barrera idiomática, incluso en nuestra comunidad hay quien reniega totalmente de la llingua asturiana. Yo soy de Tineo, y aquí todavía hay personas que no la aceptan porque temen que si se hace oficial estén obligados a hablar en el asturiano normativo, pero eso no es así. Yo siento una comodidad absoluta, me sale de dentro, sobre todo cuando canto música tradicional. Es lo que somos, es parte de nuestra raíz.

“Lo que hace gente como Rodrigo Cuevas es para aplaudir. Estoy muy a favor de que se hagan cosas diferentes porque la música es como cualquier otro lenguaje que tiene que evolucionar”

-¿Qué opinas de la conjunción tradición-innovación?
-Creo que es súper necesaria. Lo que hace gente como Rodrigo Cuevas es para aplaudir, también Marisa Valle Roso está arriesgando o Anabel Santiago, que hace música electrónica con tonada. Estoy muy a favor de que se hagan estas cosas porque la música es como cualquier otro lenguaje que tiene que evolucionar. Igual que en el diccionario de la RAE aceptamos nuevas cosas, en el musical tienen que incluirse las nuevas tendencias porque si no sería todo igual. Y es muy importante que se abran fronteras, que la gente conozca lo que se hace en Asturias igual que todos conocemos el flamenco.

Silvia Quesada, cantante asturiana-Tu origen musical fue el folk pero ahora abordas una mayor diversidad de géneros. ¿Cómo te encuentras en ellos?
-En 2013, el primer disco La pena abierta era un proyecto súper innovador, tal vez como el que había empezado Esther Fonseca hacía unos años, música de autor con una voz femenina. Entonces no había nadie más que ella, y yo ahora sigo más o menos igual porque tampoco hay una mujer que siga una estela como la mía, tal vez Tania Pereira, pero tampoco nos parecemos mucho.
Ahora está mucho más de moda el mundo tradicional, vuelve otra vez la pandereta y grupos como L-R empiezan a funcionar muy bien. O sea que aquí me encuentra un poco sola; no sé si es bueno o malo, porque no sé si es una tendencia o si es el lugar que solo ocupo yo.

-Como en toda carrera de fondo, unos pasos dan lugar a otros. ¿Qué te ha aportado de cara a tu nuevo trabajo el primer disco?
La pena abierta fue un poco una prueba. Yo no estaba muy convencida y para mí fue un descubrimiento porque no pensaba que fuera a tener la repercusión que tuvo, y fue el que dio pie al segundo trabajo, Prefiero ver llover. El primer disco era un poco más desnudo, más acústico, prácticamente de guitarra y voz; en el siguiente decidimos meter más instrumentación que también podía ir bien con mi voz. En el primero teníamos una ranchera, pero el resto de temas seguían una misma línea; ahora tenemos un par de boleros y hay un par de canciones más pop o indie, música disco. Es un poco más locura.

-¿Hay algún tema especial para ti en Prefiero ver llover?
-Sí, La mesma revolución fue un tema que nos trajo muchísimas alegrías; aunque no ganamos ningún premio llegamos a la final del Meyor Cantar. Es una canción pop con temática feminista y funcionó muy bien en colegios y otras instituciones. Tuvo muy buena acogida, se puso mucho el Día de la Mujer.

La mesma revolución fue un tema que nos trajo muchísimas alegrías; aunque no ganamos ningún premio llegamos a la final del Meyor Cantar”

-¿Qué es para ti la música? Un sentimiento, una reivindicación, algo para disfrutar…
-Supongo que es una mezcla de todo lo que acabas de decir, pero quizá para mí es una liberación, una salvación. Te pongo un ejemplo: hace dos años iba a clases de canto a Avilés, iba desde Tineo y el viaje me aburría un montón, a veces incluso estaba nevando. Eran solo 45 minutos de clases, pero merecía la pena, salía nueva de allí, para mí era terapéutico. La música es terapia. Una vez que me pongo a cantar se me olvida todo lo que está pasando, e imagino que puede ayudar a otras personas a evadirse, igual que lo hago yo.

-Compaginas tu actividad como cantante con tu faceta de profesora de música. ¿Cómo vives tu faceta en la enseñanza?
-No sé qué decirte, llevo varios años dando clases y al principio tenía mucha ilusión y muchísima fuerza, quería cambiar el mundo, pero la música en la escuela está relegada a nada. Hay solo una hora a la semana y siempre con el peor horario, nadie la tiene en cuenta. Cada vez estoy más cansada y, de hecho, me planteo empezar vivir más de la música que del magisterio precisamente por eso. Si pudiera enseñar lo que yo quiero sería diferente, pero al final me siento remando a la contra de todo.

“La música en la escuela está relegada a nada. Hay solo una hora a la semana y siempre con el peor horario, nadie la tiene en cuenta”

-Por contra, para tus alumnos serás mucho más que la profe de música…
-Sí, supongo que sí, sobre todo lo noto este año. Ahora solo doy clases en Cangas del Narcea y hace pocos meses presentamos el disco allí, para ellos fue un bombazo. Ven que su profesora es cantante y aunque no tengo setecientos mil millones de seguidores como puede tener cualquier youtuber, cuando ven todo lo que se mueve en los conciertos alucinan y están súper contentos con la profe de música.

-El pasado no ha sido un año fácil para tener un nuevo disco en el mercado. ¿Qué respuesta has encontrado?
-No me puedo quejar dentro de lo que cabe, aunque fue un mazazo grande porque presenté el disco el 17 de enero de 2020, y solo puede hacer dos conciertos más antes del confinamiento, uno en Santander y otro en Madrid. Después, en verano, ya empezamos a hacer alguno en formato pequeño. La verdad es que esta situación es más complicada para grupos grandes, salen más perjudicados por la cuestión de aforos permitidos, les resulta difícil que los gastos se compensen con el número de entradas.

-¿Qué previsiones tenéis para un futuro cercano?
-De momento tenemos un concierto por delante, pero como el disco empezó y medio murió con la pandemia quiero cerrar este ciclo y empezar a trabajar con material nuevo. Probablemente pronto saquemos alguna canción, algún adelanto que lanzaremos en las redes. Es el plan a corto plazo.