- Fonte: La Voz del Trubia /
- Fonte: La Voz /
- Fonte: FAPAS /
El FAPAS constata qu’esti branu cada unu foise pel so llau empezando un nuevu ciclu de vida. Unu de los esbardos, yá pola so cuenta, n’una imaxe captada por FAPAS.
La osa que tuvo cuatro críes nel parque natural de Somiedu, un casu escepcional, llogró sacalos adelantre hasta’l pasu final: el momentu de la independencia. Asina lo constató’l FAPAS, que fixo un siguimientu constante de la evolución d’esti grupu, nel que cada unu foise pel so llau empezando un nuevu ciclu de vida.
«Xuna de les claves por que esta osa sacara a los sos cuatro cachorros adelantre foi’l so vezu a movese na nueche, xuna actividá muncho más segura que dada la so esperiencia como bona criadora debió d’aprender a lo llargo de los últimos años. En mayu, les críes yá se dixebraron de la so madre y ronden los llugares onde aprendieron a conocer qu’hai alimentu. Y quiciabes pola so falta d’esperiencia y desconocimientu de riesgos, nun son tan precavíes y déxense ver tamién mientres el día. Lo cierto ye que col so tamañu yá nun son tan vulnerables», señala FAPAS.
Testu de La Voz en castellán
Las peripecias de una familia numerosa única en Asturias: los 4 oseznos se independizan de su madre
El Fapas, que ha realizado un seguimiento desde que salieron de la osera, destaca lo buena criadora que ha sido la madre, que volverá a parir en invierno
19 jul 2023 . Actualizado a las 13:38 h.
El parto múltiple de una osa supuso el año pasado una excepcional buena nueva por ser el primero que se había registrado con cuatro crías en la cordillera Cantábrica. Todo un hito en la reproducción de los osos cantábricos puesto que el tamaño medio de las camadas era de 1 a 3 oseznos, con más de la mitad formadas por dos crías. Las buenas noticias continuaron cuando todos los miembros de esta familia numerosa consiguieron superar la hibernación en perfecto estado. Y la última buena noticia es que los cuatro oseznos ya se han independizado de su madre, que además probablemente volverá a protagonizar otro parto este invierno.
Desde que salieron de su osera, situada en un monte entre los concejos de Belmonte y Somiedo, el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas) viene realizando un seguimiento «constante» de las peripecias de esta familia osera y ya ha podido comprobar que «cada uno se ha ido por su lado para comenzar un nuevo ciclo de vida». En su página web, además, recuerdan que una de las claves para que la osa sacara adelante a sus cuatro crías ha sido su hábito de moverse en la noche, «una actividad mucho más segura que, dada su experiencia como buena criadora, ha debido de aprender a lo largo de los últimos años».
De abril es la última imagen de la que dispone el Fapas en la que se ve a la familia al completo, «todos en un magnífico estado». Ya entonces se pudo comprobar la curiosidad que tenían las cuatro crias, que incluso llegaron a romper una de las cámaras con las que se les trataba de hacer seguimiento.
MAMÁ HA DICHO ADIÓS A SUS CUATRO CRÍAS
Desde que salieron de su osera el año pasado, el FAPAS ha podido mantener un seguimiento constante de las peripecias de esta gran familia de osos. Ahora ya cada uno se ha ido por su lado comenzando un nuevo ciclo de vida.
Una de las claves para que esta osa sacara a sus cuatro cachorros adelante ha sido su hábito a moverse en la noche, una actividad mucho más segura que dada su experiencia como buena criadora ha debido de aprender a lo largo de los últimos años.
Esta imagen de finales de Abril es la última en la que hemos podido localizar juntas a la madre y los cuatro oseznos, comprobando que todos se encuentran en un magnífico estado. Nos imaginamos lo que habrá sido la osera donde han pasado el invierno, una pequeña cueva donde por mucho frío que hiciera afuera, se han resguardado dándose calor entre ellos, vamos, ¡menuda bola de pelos!
En Mayo, las crías ya se han separado de su madre y rondan los lugares donde han aprendido a conocer que hay alimento. Y quizás por su falta de experiencia y desconocimiento de riesgos, no son tan precavidas y se dejan ver también durante el día.
Lo cierto es que con su tamaño ya no son tan vulnerables y depredadores como el águila real no podrían con ellas, así que tomarse un descanso dentro del bosque no supone mayor riesgo.
Mamá busca novio
Y mientras tanto, mamá ya está de nuevo iniciando su ciclo reproductor y a mediados de Mayo, la podemos localizar con uno de sus novios para volver a tener a sus pequeños en el próximo invierno.
Las osas suelen aparearse con varios machos, así que es muy posible que los cuatro oseznos no todos sean hermanos, sino más bien hermanastros, lo cual es biológicamente muy bueno, sabia que es la naturaleza, que de esta forma se produce una mayor variabilidad genética en la población de osos.
Mamá osa va seguida de un gran macho que la corteja.
Y mientras, cada uno de los oseznos se dedica a lo suyo, a buscar comida dentro del bosque, metiendo las narices en todo aquello que huela interesante.
Y si hay algo interesante dentro del bosque es una colmena, aunque esta no está en el interior de un árbol, es una de las que FAPAS instala para polinizar y resulta irresistible acercarse a ella para averiguar si hay algo comestible.
Las cámaras del FAPAS han podido realizar el seguimiento de esta prolífica familia siendo la primera vez que se documenta en la Cordillera Cantábrica. Una productividad que posiblemente tenga mucho que ver con la excepcional calidad ecológica de estos montes del norte de España donde se comprueba también con frecuencia la presencia de osas acompañadas con tres crías.
El control y la vigilancia es aún hoy una necesidad prioritaria para garantizar la buena evolución de la población de osos en el norte de España. El censo de las osas reproductoras sigue siendo clave para conocer de manera eficaz su evolución. Más ahora que vemos la torpe manipulación que se está haciendo a través de censos genéticos con los que se trata de aparentar que la población osera es ya muy grande.
Una osa cantábrica duerme mientras junta a ella juegan sus crías.
FAPAS es la única ONG independiente que trabaja en la conservación del oso pardo que está denunciado el fraude de los censos oseros, realizados con técnicas de recogida de muestras biológicas y genéticas manipuladas para aparentar que hay muchos más osos que en la realidad y revalorizar así las inversiones millonarias que durante años se están realizando para proteger a los osos y cuyos resultados en muchos casos son más que dudosos.